Es la Babel del queso andaluz. No hay trampa ni cartón. A escasos 100 metros de donde un jurado afina el paladar para puntuar a los mejores, pastan tranquilas las ovejas merinas y las cabras payoyas. Estamos en Villaluenga del Rosario: la cuna del queso artesanal que entre ayer y hoy reúne a 29 de las mejores queserías de siete provincias de Andalucía, para ofrecer al público un producto distinto y de calidad.

La localidad más pequeña de la provincia, con apenas 500 habitantes, y que cuenta con siete queserías, revalida una edición más su Feria del Queso Artesanal de Andalucía como el mejor escaparate de una industria local que se amplía a otras poblaciones de la Sierra y de la Janda, que está apostando por unir tradición e innovación como los mejores aliados para hacer de una actividad casi olvidada, en otros tiempos, un motor económico que prestigia la labor de ganaderos y productores. Entre hoy y mañana, esta localidad ofrece al público un gran punto de venta donde se pueden adquirir distintas variedades queseras. Además, esta séptima edición ha modificado su formato para acercar a los visitantes el Concurso Andaluz de Quesos Tradicionales, trasladando las catas del jurado a la misma sala donde se ubican los expositores de venta. Este año participan en este concurso unos 100 quesos procedentes de 30 empresas repartidas por la geografía andaluza.

Así que el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Cádiz, Fernando López Gil, junto al alcalde de la localidad, Alfonso Moscoso, y el diputado provincial Eduardo Párraga, fueron los encargados de abrir ayer esta muestra, a la que acudieron cientos de personas. Alfonso Moscoso destacó que este evento pretende "recuperar el mercado tradicional para que pequeños productores, que no tienen la capacidad de las grandes marcas, puedan llegar al gran público", dijo. Por su parte, López Gil habló del "impacto" en el empleo que esta actividad está suponiendo para el conjunto de la comarca, teniendo en cuenta que la docena de queserías asentadas en la Sierra sacan al año unos 500.000 kilos de queso. "Tenemos que seguir remando todos en la misma dirección", sentenció. Y Eduardo Párraga resaltó el valor de esa actividad como "ventana abierta" de este sector estratégico para la economía de la provincia, de cuyas cualidades, destacó "el respeto al entorno", su "elaboración artesanal y tradicional", su "calidad y prestigio" y la "incidencia para el turismo".

Por tanto, la producción quesera gaditana se ha convertido en una vía económica para muchas familias ganaderas, como expresó ayer el serrano Domingo Puerto, de la firma Granja Puerto Carrillo, en Benaocaz, uno de los últimos negocios abiertos en este sector, que utiliza la leche para realizar el producto de su propia explotación agrícola.

El jurado falló en la edición de ayer los premios del concurso de los mejores quesos de Andalucía. La firma La Hortelana se llevó dos primeros galardones por sus quesos tiernos y lácticos de cabra. La Cabra Verde (Arcos), se llevó el primer premio a la receta innovadora. Pajarete (Villamartín) cosechó dos primeros premios por su curado de oveja. También ganó el primer puesto El Gazul (Alcalá de los Gazules) y otras firmas como Agamma y El Llano Jaral.