Seguridad

35 años de paridad en la Policía

  • La Policía Nacional fue el primer cuerpo de seguridad en incorporar a las mujeres, allá por 1979. Tres décadas y media después el compañerismo y la normalidad son absolutas.

 En 1979 España seguía inmersa en plena transición democrática. El 1 de marzo Adolfo Suárez y la UCD volvieron a vencer en las elecciones generales y el 3 de abril se celebraron los primeros comicios municipales democráticos después de la dictadura franquista. En Cádiz un pacto de la izquierda permitió que el socialista Carlos Díaz se convirtiera en alcalde de la ciudad a pesar de que la UCD fue la formación más votada. En el mundo, Michael Jackson sacaba su primer disco en solitario tras dejar los Jackson Five, Juan Pablo II visitaba su Polonia natal o el ayatolá Jomeini le daba forma a la revolución iraní tras el exilio del Sha de Persia. En esa España que buscaba la modernidad fue donde se aprobó la incorporación de la mujer a la Policía Nacional, cuerpo pionero en esto de la paridad. En julio de aquel año, 42 inspectoras juraban el cargo en lo que entonces se denominaba Cuerpo Superior de Policía. Seis años más tarde, en 1985, las mujeres accedían también a la Escala Básica. 35 años después a nadie extraña ver a mujeres desempeñando labores policiales y en otros cuerpos de seguridad del Estado. Para saber cómo ha cambiado la Policía en estos 35 años Diario de Cádiz conversó el pasado jueves con cinco integrantes femeninas de la Comisaría Provincial. Curiosamente todas ellas nacieron fuera de la provincia, pero, en la mayoría de las ocasiones, se han casado con gaditanos y han echado raíces en esta tierra.

Eso le pasó a Amelia, una inspectora que lleva 17 años en el cuerpo y a la que la vocación le entró de forma tardía. “Estudié Derecho pero a la hora de decidir si me preparaba unas oposiciones me sentí más motivada por las diferentes áreas que me ofrecía la Policía”.

Desde entonces Amelia ha estado en varias unidades, como Personal, Régimen Disciplinario, Seguridad Ciudadana o el Servicio de Atención Familiar (SAF) de San Fernando. Nació en Madrid y también ha estado destinada en la capital de España, Málaga o Barcelona. Desde su llegada al cuerpo ha notado “muchísimo cambio. Al principio los compañeros más veteranos nos miraban de otra forma, a muchos no les hacía gracia salir a patrullar con nosotras. Se sentían incómodos. Pero eso hace años que cambió. El compañerismo dentro de la Policía está muy presente y no se hacen distinciones entre hombres y mujeres”.

Reconoce Amelia que en Barcelona vivió alguna situación complicada patrullando en la calle. Sobre todo con ciudadanos árabes. “Cuando les pedía que se identificaran se negaban. Se sentían violentos porque una mujer les impusiera algo. Al principio me chocaba, me rebelaba, pero luego entendí que si el que pedía la documentación era mi compañero y yo me quedaba un paso más atrás todo se resolvía de una forma más pacífica. Así que eso hacía”.

Otra agente de la Policía Nacional destinada en la provincia es María, que actualmente es miembro de Participación Ciudadana. Esta salmantina lleva nueve años en el cuerpo y también estudió Derecho. “Vi la Policía como una buena salida para mis inquietudes y también influyó el consejo de mi padre, que fue policía en su época. Me propuso esto como una opción y me pareció bien”. María ha estado destinada en Santander, Barcelona o Madrid, y como Amelia, reconoce haber sentido el rechazo de algunos musulmanes hacia las mujeres.

Luisa por su parte es cordobesa y lleva 11 años en la Policía, de los que los cinco últimos los ha pasado en Cádiz. Ahora está en la Oficina de Denuncias y reconoce que su caso es “vocacional”, aunque en su familia no hay ningún miembro que haya formado parte del cuerpo. En cuanto a la relación con los compañeros indica que “nunca he notado ningún reparo por nada. El trato es buenísimo, tanto aquí en Cádiz como en otros destinos que he tenido”.

En la Comisaría Provincial hay abundante presencia asturiana, básicamente porque las comisarías del norte tienen mucha demanda. Consuelo, que pertenece al grupo de Delincuencia Urbana, lleva 18 años en el cuerpo, los 12 últimos en Cádiz. “Se necesita mucha puntuación para lograr una plaza en el Norte, ya que hay pocas comisarías grandes”. En cuanto a los compañeros asegura que “tenemos un apoyo total en ellos, no hay ningún problema”.

De Gijón es Sonia, integrante de un grupo de reciente creación y que se dedica a investigar operaciones de blanqueo, unidad que está integrada en la Udyco I. Sonia lleva 21 años en la Policía y 12 en Cádiz. Al igual que le pasa a Consuelo reconoce echar de menos su tierra, pero el hecho de haberse casado con un gaditano aún lo complica todo más. “Es difícil mover a la familia, pero sí que echamos de menos nuestra tierra, igual que les pasa a los gaditanos cuando están destinados en otro lugar”.

Tanto Sonia como Consuelo reconocen que la labor policial siempre entraña sus riesgos, “es parte de nuestro trabajo”, y que en alguna ocasión han vivido momentos complicados.

Sonia llegó a estar seis años destinada en la UPR, donde fue la única mujer “y nunca tuve el más mínimo problema con ningún compañero. Creo que los tiempos han cambiado mucho en general y el cuerpo se ha modernizado”. Y es que mucho ha cambiado España en estos últimos 35 años.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios