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Provincia de Cádiz

La Junta tramitó una ayuda a Ouviña en pleno estallido de 'Bahía Competitiva'

  • El ex consejero Antonio Ávila reconoce que se aprobaron 1,56 millones de euros en 2011. La subvención se publicó en el BOJA de 2012, pese a las sospechas, para evitar “daños a terceros”

El caso Bahía Competitiva tiene visos de convertirse en uno de los procesos de fraude más interminables de la provincia. Ayer fue el turno para otros dos ex  consejeros de Innovación, Martín Soler y Antonio Ávila. Ambos se personaron en calidad de testigos en el Juzgado de Instrucción número 4 de Cádiz al filo de las 12:30 horas, bajo un clima de tensión por una treintena de ex  Delphi que se concentraron ante la puerta. 

 

Según ha podido conocer este periódico de fuentes del caso, el ex  consejero Antonio Ávila reveló una información cuanto menos curiosa. El Consejo de Gobierno de la Junta aprobó una ayuda de 1,56 millones de euros a la empresa Sostenibilidad Ecología y Agua pese a las sospechas ex istentes de un posible fraude de esta compañía. El proceso, según Ávila, siguió avanzando para evitar daño a terceros, ya que aún no se habían probado las conjeturas. Además, el ex consejero admitió que la subvención siguió adelante porque el cobro del importe no se efectúa hasta el final de la ejecución del proyecto. No obstante, una vez estalla el caso, la ayuda se acaba publicando en el BOJA de 2012. Un hecho que, entendió Antonio Ávila, carece de importancia. Antes, en marzo de 2011, el Consejo Rector de IDEA validó 1,56 millones de euros a Sostenibilidad Ecología y otros 1,1 millones de euros a Soluciones Tecnológicas Ambientales. Un asunto que tampoco le ex trañó a Antonio Ávila al reiterar que se trataban sólo de sospechas y no de hechos.  Sin embargo, ambos negocios estaban vinculados al cabecilla de la trama, Alejandro Dávila Ouviña.

 

Por otra parte, el ex consejero reconoció que sabía de algunos certificados fraudulentos porque el propio director general de la Agencia IDEA, Antonio Valverde, se lo comunicó cuando la denuncia de la Junta estaba en marcha a principios de abril de 2011. Las dudas generadas sobre ciertos documentos levantaron las suspicacias. Asimismo, Ávila aseveró que desde su Consejería se informó al Ministerio de Industria de que no estaban seguros de la legalidad de ciertos certificados. También afirmó que la delegada provincial de Innovación, Angelines Ortiz, no le trasladó ninguna información sobre los proyectos de Reindustrialización. 

 

Tanto Martín Soler como Antonio Ávila dijeron desconocer cómo se repartían las ayudas del plan por el hecho de que estas carecían de “entidad”. Así lo transmitió el abogado Felipe Meléndez a la salida de los Juzgados, quien resaltó que el organigrama de la Agencia IDEA era el idóneo como para que los consejeros fueran informados de todo el desarrollo de Bahía Competitiva. “Ávila ha manifestado que no era un convenio de importancia como para que se le ponga al día de antemano”, reveló el letrado. El caso Bahía Competitiva supuso un fraude de 25 millones por parte de un grupo de empresarios que se apropió de subvenciones destinadas a un plan de Reindustrialización de la Bahía. 

 

Por su parte, Martín Soler reiteró que desconocía el convenio suscrito entre Estado, Junta y Diputación. Tan sólo admitió que era consciente de que el proyecto necesitaba del apoyo técnico de la Consejería y que el responsable de las subvenciones era el Ministerio de Industria. Igualmente, consideró que, al no ser el convenio de interés para la Junta, no sabía quién debía ir a Madrid en representación del ente autonómico. Incluso ratificó que nadie le puso al día sobre Bahía Competitiva, ni siquiera el director general de la Agencia IDEA, Antonio Valverde. 

 

Una vez el ex consejero Martín Soler abandonó las dependencias judiciales tras testificar, se vivieron momentos inquietantes. Los manifestantes agolpados ante la puerta del Juzgado iniciaron una persecución tras el ex dirigente pidiéndole ex plicaciones sobre su situación de desempleo y lanzando proclamas contra la Junta de Andalucía. Martín Soler prosiguió a pie por la Avenida de Cádiz intentando esquivar los bloqueos y los gritos de los ex Delphi. Como medida de evasión, el ex consejero decidió cruzar la Avenida en un momento de intenso tráfico para zafarse de la presión. Algunos siguieron tras él, pero una vez calmada la situación los manifestantes volvieron a la puerta del Juzgado. El objetivo era el otro ex consejero, Antonio Ávila, que no llegó a salir por la entrada principal.

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