Provincia de Cádiz

El Banco de España mantiene su confianza en crecer al 2% en 2015

  • José Luis Malo de Molina vincula la buena senda emprendida a que Europa sea capaz de salir del "parón" y a mantener los ajustes

El crecimiento de la economía española es una realidad pero está sujeta por hilos muy finos. Con este argumento, el director general del Servicio de Estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, explicó ayer en el Palacio de Congresos de Cádiz (invitado por el Colegio de Economistas de la provincia) su perspectiva de la situación actual de la economía española y la previsión a corto y medio plazo.

Mantuvo su estimación, ya conocida, de que si nada cambia, España finalizará este año con un alza del 1,3% y para 2015, ese crecimiento será del 2%. Pero estos niveles dependerán en buena medida del recorrido que mantenga Europa. Así, Malo de Molina recordó que la recuperación iniciada por la economía europea ha sufrido un parón en el segundo trimestre del año, con lo que España dependerá en buena medida de si las finanzas comunitarias son capaces de salir de él para lograr el objetivo, "porque de lo contrario, tendremos que revisarlo".

El responsable del Banco de España recordó, no obstante, que el camino recorrido desde que se inició la crisis ha sido duro, especialmente desde el punto de vista social. Explicó que hoy día España está aún un 6% por debajo de los niveles que existían en 2008, antes del inicio de la recesión. Y, en niveles de renta per cápita, el país está un 8% por debajo de los que existían entonces. "En total, estamos un 30% por debajo de los que mucha gente pensaba que iba a ser hoy su situación. Nos quedan algunos años aún para recuperar los niveles de 2008, pero ya podemos decir que España ha perdido una década", aseguró.

A nivel europeo, José Luis Malo de Molina dijo ayer en el Palacio de Congresos que "ha iniciado la recuperación, pero es relativamente débil y heterogénea", porque las economías hasta ahora líderes de esa subida, como Alemania, han caído en el último trimestre, pero la española, sin embargo, ha crecido. En esa debilidad influyen, dijo, el hecho de la debilidad del comercio mundial, "que diluye las exportaciones europeas". Además, el "alto endeudamiento de empresas, familias y administraciones". Junto a ello, el aumento de la tasa de paro. Otro aspecto que hace que Europa viva hoy en la incertidumbre es, según Malo de Molina, la baja inflación que espanta las inversiones. Al respecto, dijo que "la amenaza de la deflación es muy baja; a lo que se enfrenta Europa es al estancamiento económico con baja inflación".

Para luchar contra estos efectos, el economista planteó "asimilar el legado de la crisis y fortalecer la estructura del euro, así como las grietas en la arquitectura de las instituciones europeas". También aseveró que "hay que tocar todas las teclas a la vez; ahora el Banco Central Europeo (BCE) mantiene los tipos de interés al cero y con inyecciones de liquidez ilimitadas, pero no tengo ninguna duda de que el Banco Central Europeo utilizará todos los recursos a su alcance si hacen falta más".

En España, sin embargo, recordó que los efectos de la crisis fueron más acentuados que en otros países del marco europeo. Explicó Malo de Molina que, al igual que la economía española cayó con más fuerza por los condicionantes ligados al estallido de la burbuja inmobiliaria, entre otros, su recuperación ahora está siendo más fuerte que en el resto de países del marco comunitario.

El director general del Banco de España enumeró uno por uno los éxitos de esa recuperación, basados en las políticas de ajustes puestas en marcha. Así, habló de los ajustes en los costes relativos, "que en buena parte se han conseguido, desgraciadamente, destruyendo empleo, lo que ha generado un alto coste social, pero eso ha provocado que España gane competitividad".

La debilidad del sistema bancario nacional y su posterior recapitalización es otro de los elementos (necesitaron una inyección de capital de 114.200 millones de euros, de los que 61.000 millones llegaron desde fondos públicos). Todo esto ha permitido, recordó, que los bancos españoles hayan aprobado los controles de calidad europeos de cara al futuro.

Asimismo, se refirió al ajuste fiscal, "donde del 15,3% de déficit de las cuentas públicas españolas, este año podíamos acabar en el 5,5%, lo que es compatible con que en 2016 ese déficit sea del 3%, que es la exigencia para mantenerse en la zona euro".

La recuperación del mercado inmobiliario ("ya se está volviendo a construir", dijo), o el "excesivo ajuste del mercado laboral", son otros de los elementos que han contribuido a la recuperación en España. No obstante, el alto endeudamiento externo y, sobre todo, la elevada deuda del sector público (del 35% del PIB al inicio de la crisis al 100% que prevé para 2015) son, a su juicio, los retos a los que el país se enfrentará.

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