Turismo. La decadencia de una apuesta distinta en San Fernando

El complejo de la dejadez

  • Los propietarios de los apartamentos turísticos de Bahía Sur quieren unirse para gestionar el negocio

"El Complejo Turístico Bahía Sur está ideado especialmente para familias, grupos de amigos, colectivos deportivos, culturales, religiosos, peñas y otras entidades, la zona de bungalows, apartamentos, duplex y estudios resulta un lugar excepcional para su descanso y diversión..." Esto se puede leer en la web de Turismo de la Junta de Andalucía sobre el proyecto levantado en 1992 sobre un suelo de dominio público en San Fernando, propiedad del Ayuntamiento, y que se suponía que iba a dotar de plazas hoteleras a esta localidad. Desde entonces, el desarrollo de este complejo, con quiebras, compras y recompras, se ha ido enmarañando hasta llegar a una situación en la que su explotación está bajo mínimos y donde los propietarios, la mayoría del exterior de la provincia, atraídos en su día por el hijo pequeño de Jordi Pujol, Oleguer, y un empresario muy bien relacionado con el PP y cuñado de Florentino Pérez, Elías Rodríguez Viñas, se plantean nuevas fórmulas para reflotar la actual situación.

Frente al panegírico de la Junta sobre Bahía Sur, Pilar Azcárate, propietaria de uno de los estudios y presidenta de la comunidad de esta parte del complejo, explica su visión: "Han tenido que bajar las llaves, de tres a dos -como las estrellas en un hotel- porque están deprimentes. algunos de ellos, que cuentan como plazas hoteleras, están cerrados, abandonados. Hay plazas que están dadas de baja de sanidad porque no cumplen los requisitos. Yo misma me he tenido que pagar los controles de legionella". El último dato de explotación, cuenta Azcárate, es de 2013, cuando se produjo una facturación de 250.000 euros, poca cosa para lo que en su día se dijo que era situar a San Fernando en el mapa turístico de la provincia.

Pero conocer este entramado no es tan sencillo. La Ley de Turismo de la Junta de 2010 intentaba poner orden en conglomerados de este tipo -sobre todo levantados en la provincia de Málaga- y ordenaba una gestión única. Como Bahía Sur, cuyos comerciales -el principal, Oleguer Pujol- vendían con contratos interpretables por los cuales el comprador podía disfrutar del apartamento más o menos cuando quisiera, no era una zona turística de primera línea, alguno de los compradores del exterior interpretó el complejo más como una urbanización que como plazas hoteleras. La Junta dijo que esto no era así y que, como había que centralizar la gestión, ésta tendría que hacerla el hotel de Bahía Sur, gestionado por Rodríguez Viñas. Se produjo una desbandada. Algunos de los propietarios se salieron del 'pool', es decir, el conglomerado que controlaba el hotel y se quedaron en tierra de nadie. Las razones estaban en que estaban haciendo obras. Las obras de algunas de estas 'plazas hoteleras' que son apartamentos aún duran, cuando empezaron hace años. En realidad, lo que se produjo fue un desdoncierto: "La ley de la Junta de Andalucía deja en total indefensión a los propietarios, que son los que tuvieron a bien invertir en nuestra ciudad. Ni podemos sacar beneficios de nuestras inversiones, ni podemos usarlas, ni podemos buscar alternativas de gestión más adecuadas y que no nos estafe, pues en otro momento podríamos contar cómo están de deterioradas las unidades, que ellos (en referencia al hotel) deben mantener, en su interior".

Mientras no haya amenaza de expediente -y un expediente puede tener la friolera de una sanción que se mueve entre 4.000 y 12.000 euros, el 10% del precio del apartamento- el propietario se mantiene fuera de la gestión centralizada del hotel. En caso contrario, si existe una amenaza de sanción, el propietario, que ni vive en Cádiz ni en sus alrededores, se despreocupa, intenta evitar la multa y entrega al hotel el apartamento, que ya será su gestora quien le informe de los beneficios, si los hay.

Los propietarios que están más pendientes, como la comunidad de los estudios o la llamada Manzana 4 de los apartamentos, aseguran que la obligación de la gestora, es decir, el hotel, es decir, Rodríguez Viñas, es ofrecer un balance de lo que se recauda, de cómo funciona el negocio. Afirman que eso no se hace. Por lo que tienen un plan: consiste en ser ellos los que se dediquen a la gestión de esta zona turística.

Pilar Azcárate, investigadora de la UCA en Matemáticas y que en su día compró un estudio en Bahía Sur para tener un lugar de relax durante algunos de los meses del año, ha empezado a movilizar a propietarios dispersos por todo el país. En su caso, su comunidad, que son los estudios, ha logrado aglutinar el 75% de la propiedad a favor de esa autogestión. La Dirección General de Turismo le pide el 90%, algo imposible ya que algunos de los otros estudios son propiedad del hotel o de personas vinculadas a la sociedad que adquirió el hotel. De este modo, dice, el hotel está en la obligación de llevar la gestión sin tener ni el 25% de los beneplácitos de los propietarios. De hecho, el hotel se encuentra en la obligación de llevar la gestión de la totalidad del complejo según la nueva normativa cuando durante años no se ha preocupado de las fugas de propietarios que utilizaban estos apartamentos como segunda residencia o simplemente se salían del control de hotel.

Para algunas fuentes que conocen este galimatías, "Bahía Sur y sus apartamentos no han funcionado como verdaderas plazas hoteleras porque la normativa es absurda y, como tal, hubo gente como Oleguer Pujol que vio una oportunidad de negocio vendiendo como segundas residencias lo que eran apartamentos turísticos. Es posible que no cometieran ninguna irregularidad según lo que ponía el contrato, pero el contrato, desde luego, era confuso".

Como confusa es esta historia que quema en las manos de los responsables del Ayuntamiento de San Fernando. "Sin embargo, mediante la técnica de no mirar, ni de Turismo ni del Ayuntamiento, que debería velar por el bien hacer y el buen nombre de sus instalaciones hoteleras, más cuando están en terrenos de su propiedad y son imagen de nuestra ciudad, intervienen para evitar la situación, permitiendo el total abandono de las instalaciones, que ya han bajado de categoría por la Delegación Provincial de Turismo, después de varias inspecciones y reclamaciones de clientes", afirma Azcárate.

A día de hoy, Bahía Sur, que se puso como un ejemplo de cómo se podía trasladar a la provincia un sistema que había funcionado en la Costa del Sol, no acaba de despegar cuando ya ha cumplido más de veinte años de existencia. Es cierto que fue un auténtico éxito en cuanto a ventas. Oleguer Pujol y Rodríguez Viñas lo vendieron todo. Pero ahora, los que compraron, no saben qué hacer con su magnífica inversión.

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