Provincia de Cádiz

Susana y Celia, apoyadas, orientadas y con trabajo

Susana Vidal y Celia Vera son dos de las personas que han encontrado recientemente un empleo en la ONCE. Ayer acudieron a la presentación de la memoria anual para contar su historia.

La de Susana, de 40 años de edad, nacida en Cádiz y vecina de San Fernando, arranca en 2008 cuando comenzó a ver muy mal, a sufrir una importante pérdida de visión. En un corto espacio de tiempo, la cosa fue a peor.

Tuvo mala suerte: en la Seguridad Social, durante un año y medio, no lograron diagnosticar la enfermedad. Recurrió a un oftalmólogo de pago y entonces supo que padecía una degeneración macular y se sometió a un  tratamiento. Ya era tarde para recuperar la vista perdida pero el problema no fue a más. Fue entonces cuando acudió a al ONCE a pedir ayuda. No pensaba que iba a conseguir un trabajo. Ella buscaba ayuda para conocer médicos, para saber cómo podía recuperarse. En la ONCE la orientaron, le ofrecieron la bolsa de trabajo y cursos.

Ahora vende cupones en San Fernando.

“Al final opté por la venta del cupón y estoy muy contenta. Me ayudaron mucho emocionalmente porque yo he sido siempre muy independiente. No tenía previsto en principio vender cupones, eso no me llamaba la atención. Pero ahora estoy muy contenta, me ha abierto las puertas a conocer a mucha gente, y en mi casa el único sueldo que entra es el mío”, explica Susana. Su pareja está en paro y tienen un niña de 5 años.

“Antes trabajaba en peluquería. Ahora con la vista así, como que no es aconsejable”, bromea.

Celia tiene 23 años y también es de Cádiz. Hace tres estaba estudiando Derecho. De pronto comenzó a perder vista. Parece que fue una enfermedad genética que no había dado la cara hasta entonces. “Se me vino el mundo encima”, rememora. Como Susana, Celia recurrió a la ONCE en busca de médicos, de ayuda, de orientación. Los médicos le dijeron que se quedaba como estaba, que la enfermedad no iba a remitir, que no tenían solución por el momento.

Luego, en la ONCE le fueron facilitando los medios para terminar la carrera. Siguió estudiando, acabó Derecho y a los dos meses, mientras pensaba si hacía un máster o no, le ofrecieron un puesto de trabajo en Seguronce, una empresa de seguros de la ONCE.

Celia aceptó y estuvo compatibilizando el trabajo con los estudios del máster: por la mañana trabajando, por la tarde estudiando. Ha terminado el máster y sigue trabajando en la ONCE. “Aquí la gente ha sido muy amable, esto me ha cambiado la vida. Te encuentras perdida, desprotegida, no sabes qué hacer ni cómo solucionar tus problemas... Y en la ONCE, además de apoyo, he encontrado un empleo. En la situación actual y siendo tan joven, es algo de agradecer”, dice Celia. 

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