Provincia de Cádiz

La provincia de Cádiz logra poner freno a la pérdida de población

  • El INE suma a primeros de este año 1.238.291 habitantes en los 44 municipios gaditanos, apenas 200 menos que en 2013 Sólo cinco de las 52 provincias españolas ganan población

La primera impresión puede resultar negativa, porque la provincia de Cádiz volvió a perder población en 2013 por segundo año consecutivo. Pero una lectura pormenorizada de las últimas cifras de población publicadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) le dan la vuelta a la tortilla y permiten concluir que esos datos demográficos del año pasado, al menos en lo relativo a la provincia de Cádiz, no son tan malos como parece. Y ello es debido en primer lugar a que el descenso de población se limita a apenas 200 personas con respecto al ejercicio anterior pero también porque de las 47 provincias españolas que vieron descender su padrón a lo largo de 2013, Cádiz es, con diferencia, la que mejores datos registra tanto en valores absolutos como relativos.

Los datos fríos del INE -de momento de carácter provisional a la espera de que en los próximos meses se realicen los ajustes definitivos- indican que la provincia de Cádiz tenía a fecha del 1 de enero de este año un padrón global de 1.238.291 habitantes, lo que supone apenas 201 personas menos que 12 meses antes o, lo que es lo mismo, un descenso porcentual de un ínfimo 0,02%. Cádiz se afianza así como la octava provincia de España (y la tercera de Andalucía) en número de habitantes, una posición que alcanzó hace casi dos décadas -cuando superó a Vizcaya- y que da la impresión que no va a abandonar en mucho tiempo, primero porque la provincia que la precede, Murcia, está a mucha distancia, y segundo porque las que están por detrás han perdido mucha más población que el conjunto de la provincia gaditana en los dos últimos ejercicios.

Este balance demográfico confirma que Cádiz perdió población en 2013 por segundo año consecutivo. Pero la diferencia entre ambas caídas es llamativa. Así, y siempre según los datos del INE, la provincia gaditana había perdido 6.672 habitantes a lo largo del año 2012, mientras que en 2013 ese descenso demográfico se limitó a apenas 201 personas.

Estas buenas sensaciones -partiendo evidentemente desde el punto de vista de aquél que piensa que el crecimiento demográfico es síntoma de bonanza económica de un territorio- se reafirman comparando los datos de Cádiz con los del conjunto del país. Así, de las 52 provincias que conforman el territorio español sólo cinco consiguieron ganar población el año pasado. Fue el caso de Almería, Guipúzcoa, Álava y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. En todos estos casos el crecimiento demográfico se quedó por debajo del 1%. Pero es que de las 47 provincias españolas restantes, es decir las que vieron descender su padrón a lo largo del año pasado, Cádiz es la que mejores datos registra, con la ya referida caída de un 0,02%. Este porcentaje es sensiblemente inferior a la media de la comunidad autónoma de Andalucía (con un descenso en 2013 de un 0,56%) y sobre todo a la media del conjunto del país (con una caída cifrada por el INE en un 0,86%).

En cifras absolutas Andalucía perdió el año pasado casi 47.700 habitantes y España vio cómo su padrón total se reducía en 2013 en algo más de 400.000 personas. En la comparativa de todas las provincias españolas se visualiza que los mayores descensos demográficos se localizan en la costa mediterránea, con ejemplos significativos como los de Málaga (con una caída de un 2,03%), Alicante (un -4,28%) y Castellón (-2,41%). Llama la atención el caso de las dos primeras provincias antes citadas porque fueron de las que mayor auge demográfico experimentaron en los años de bonanza económica que precedieron a la crisis económica que aún hoy sigue asolando al conjunto del país.

Para entender las razones de este descenso demográfico general hay que partir evidentemente de esta última cuestión, la de la crisis. A menos empleo, menos ingresos, menos perspectivas de aumentar la familia con nuevos natalicios y más emigración a otros países en búsqueda de empleo y de riqueza. Este último dato afecta a los jóvenes que abandonan su provincia e incluso su país de origen para encontrar empleo en otros enclaves pero, sobre todo, tiene también como protagonista a la población extranjera que, ante la falta de un empleo estable, opta por regresar a sus países.

Esto último se ha notado en todas las provincias. En Cádiz, por ejemplo, casi 2.600 extranjeros decidieron dejar su lugar de residencia de los últimos años. Y esta cifra, nuevamente, vuelve a estar muy lejos de las que presentan otras provincias andaluzas como, por ejemplo, Sevilla y Málaga, que perdieron el año pasado la friolera de 7.500 y 44.400 inmigrantes, respectivamente, siempre según los datos provisionales emitidos ayer por el INE.

¿Qué hay detrás de esta huida? La primera respuesta es fácil: la crisis ha acabado con los sueños de muchos inmigrantes. Pero también hay una contestación más precisa según la nacionalidad de origen de cada uno de estos extranjeros, puesto que en países sudamericanos se han puesto en marcha políticas para atraer a dicho colectivo que suponen todo un aliciente para el regreso. Lo cierto es que la coyuntura económica que atraviesa España ha afectado de manera muy grave a quienes un día dejaron su tierra para venir a la provincia a labrarse un futuro. Cáritas, en recientes informes, alertaba de que si esta población inmigrante ya sufría serias carencias económicas antes de la crisis, éstas han empeorado en los últimos años.

Este retroceso no hace sino menguar la importancia de este colectivo en el global de la población andaluza. Así, en la comunidad autónoma los inmigrantes suponen casi el 8% de la población, aunque hay dos provincias que destacan por el alto porcentaje de representación que tienen los extranjeros, como es el caso de Almería, que en la que por cada 100 nativos hay 20 inmigrantes, y Málaga, donde suponen el 15,5% de la población. Esta diferencia también indica las posibilidades de desarrollo que albergan estas provincias. En Almería, por ejemplo, la agricultura constituye un polo de atracción, y en Málaga la Costa del Sol sigue siendo una zona de oportunidad laboral durante varios periodos del año.

En el global del país, la población española se redujo en 2013 por segundo año consecutivo, hasta los 46,7 millones de habitantes, debido al éxodo de extranjeros, de los que el pasado año 545.980 decidieron abandonar España, mientras que 141.361 españoles optaron por volver.

Sólo la comunidad china creció en 2013 (con 3.549 ciudadanos más, un 2 %) mientras que el resto de colectivos extranjeros se redujo, encabezados por los ingleses (87.880 menos), los rumanos (74.745) y los ecuatorianos (45.309).

Hasta 2012, la población española había aumentado todos los años desde que se tienen datos debido, fundamentalmente, a la llegada de extranjeros en los años de bonanza económica, una situación que la actual crisis ha invertido obligando a muchos de ellos a regresar a sus países o a buscar oportunidades de futuro en otros lugares.

Para ilustrar esta situación basta con revisar el padrón y observar que el número de extranjeros inscritos en España pasó de 923.879 en el año 2000 a 5.747.734 en 2010. En 2011 y 2012 se produjeron los primeros descensos (15.229 y 190.020, respectivamente) hasta alcanzar la mayor caída el pasado año (545.980).

Los extranjeros pertenecientes a la Unión Europea inscritos en el padrón suman 2.047.532 y, de éstos, los más numerosos son los rumanos (795.513), los británicos (297.299) y los italianos (180.643). Entre los no comunitarios destaca la presencia de marroquíes (771.427), seguidos de los ecuatorianos (218.189) y de los chinos (185.250).

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