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  • El Parque Natural Bahía de Cádiz se ha convertido en lugar de referencia para la comunidad científica, que desarrolla sus investigaciones en él dada su singularidad

El Parque Natural Bahía de Cádiz muestra infinidad de facetas, entre ellas, la de haberse convertido en un lugar de referencia para la investigación científica. Sólo desde 2010 se han concedido 54 autorizaciones para llevar a cabo diferentes proyectos en los que el campo de muestro es el propio parque.

Los agentes que han solicitado instalarse el PNBC para convertirlo es su particular laboratorio -respetando siempre los criterios medioambientales- son sobre todo universidades (Cádiz, Sevilla, Pablo Olavide, Baleares o Bolonia); instituciones científicas (la Estación Biológica de Doñana o el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía, entre otros); y las asociaciones de científicos, destacando, por ejemplo, la Sociedad Española de Ornitología (SEO) o la Sociedad Gaditana de Historia Natural, entidad señera que ha descubierto el paso migratorio de la espátula por la Bahía.

¿Por qué estas comunidades han querido asentarse en el parque gaditano y no en otro para realizar sus correspondientes estudios? La respuesta es bien sencilla. Porque el PNBC reúne una serie de condiciones excepcionales que invitan a la investigación, al descubrimiento, al conocimiento.

Así, por un lado, la Bahía de Cádiz es la única en cuyas praderas de fanerógamas marinas confluyen tres especies distintas, dos atlánticas y una mediterránea (zosteramarina, zosteranoltii y cymodocea nodosa). Esta peculiaridad está llevando a la UCA a plantearse la posibilidad de crear una estancia científica para alojar a los investigadores actuales y potenciales.

De otra parte, en el parque gaditano concurren otras singularidades de gran relevancia desde el punto de vista del conocimiento, como su rica diversidad de ambientes litorales, el alto grado de salinidad de sus aguas así como su capacidad de albergar especies amenazadas (charrancito, chorlitejo patinegro, águila pescadora, camaleón...). Si a esto añadimos que este parque es aprovechable económicamente gracias a la pesca, al cultivo marino o al marisqueo -entre otras actividades-, no es de extrañar que estas posibilidades de negocio atraigan a nuevos expertos y estudiosos .

Tampoco se puede perder de vista que este enclave colinda con un entorno metropolitano, lo que permite estudiar un escenario urbano-natural que no se da en todas partes, además de abaratar costes en la investigación, dada la proximidad entre los espacios.

Como no podía ser de otra manera, actualmente se están desarrollando en el PNBC numerosos trabajos vinculados al ámbito marino. Destacan las tesis que analizan los niveles del mar, el ciclo de las mareas y las tasas de regresión costera, temas primordiales para la Bahía de Cádiz si tenemos en cuenta su alto nivel de inundabilidad por la llanura de su superficie. Estudiar la geomorfología del litoral es, por tanto, un asunto de gran calado, pues el mantenimiento de playas, cordones dunares y otros ecosistemas depende ello.

En este apartado también cobra especial relevancia el programa que analiza el posible aprovechamiento de los arribazones de algas que llegan a nuestras costas después de un fuerte temporal, con idea de que averiguar si se pueden vender como nutrientes o bien extraer de ellos determinados principios activos. Lo cierto es que las macroalgas tienen cada vez un mayor interés para la comunidad científica desde tres puntos de vista: la depuración de aguas, la ecología y los componentes nutricionales como valor añadido.

Igualmente, los cultivos marinos dan cuentan del gran potencial que encierra el Parque Natural. La acuicultura moderna, que ha avanzado a pasos agigantados en lo que a doradas, lenguados, ostiones, langostinos y otras especies se refiere, ha encontrado un filón excepcional en los usos del fitoplancton marino. Asimismo, varias investigaciones cuyo objeto de estudio es el análisis bioquímico de los recursos pesqueros y de marisqueo han sacado a la luz la existencia de oligoelementos, principios activos y antioxidantes cuyo aprovechamiento en aplicaciones farmacéuticas, dietéticas o cosméticas están probando.

Por último, en el capítulo marino no faltan los ensayos referidos a la calidad de las agua. En este sentido, destaca un informe científico que desvela la espectacular regeneración experimentada en el caño de Sancti Petri a partir de la puesta en funcionamiento de la depuradora Cádiz-San Fernando.

No hay que ser ningún erudito para saber que mirando al pasado podemos encontrar soluciones para el futuro. Esta evidencia no pasa desapercibida entre la comunidad científica, que, a partir de la información geológica de los sedimentos hallados -miles de años atrás-, está intentando predecir un devenir sostenible en términos medioambientales.

Bajo esta misma premisa están surgiendo interesantes proyectos relacionados con la captura de carbono y que consisten en hacer balance entre el carbono que emite una ciudad y la capacidad de absorción del mismo por parte del medio natural que la rodea. Así, por ejemplo, está demostrado que las praderas de fanerógamas marinas del saco interno de la Bahía gaditana son capaces de consumir todo el CO2 emitido por la ciudad de Cádiz. De ahí que sea primordial mantener esas praderas más allá de su valor ecológico, pues son la llave del desarrollo urbanístico. De hecho, en un futuro a medio-largo plazo, emitir carbono será una acción muy gravada, motivo por el que debemos conservar este gran valor añadido.

Uno de los fuertes de la investigación en el Parque Natural es la ornitología. Además de ser un referente turístico en esta materia, el PNBC es el aula por excelencia para estudiar la nidificación y distribución de determinadas aves.

El descubrimiento realizado por la Sociedad Gaditana de Historia Natural sobre el movimiento migratorio de la espátula -que viene de Europa occidental para descansar en Sancti Petri y Roche- es, cuanto menos, meritorio, ya que hasta ahora sólo se barajaban conjeturas sin que hubiese forma de explicar su ausencia en el Estrecho.

Otro programa que acoge el parque está relacionado con el censo del chorlitejo patinegro y su grado de supervivencia. Para ello se están analizando las motas de sus huevos y su índice de eclosión. Así, si el huevo es muy claro, es visible a las gaviotas, que acaban comiéndoselo; si es demasiado oscuro, se calienta al sol y la cría muere. Encontrar el punto óptimo oval es el objetivo de este plan, ideal para reintroducir la especie en otros enclaves distintos a la Bahía.

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