El padre Juan Antonio Martín apenas lleva un mes como sacerdote de la parroquia San Benito Abad y ya se ha llevado el primer susto. Alrededor de las 02:00h del miércoles recibía una llamada en la que le alertaban de un intento de robo en la parroquia situada en el barrio de las 512 viviendas. Según relató el propio sacerdote, dos personas forzaron una de las puertas del templo, exactamente la de la sacristía, con la intención de entrar en la parroquia para robar. Los cacos entraron en los salones parroquiales, pero no pudieron acceder a la iglesia debido a que la puerta que une estas dos partes de la iglesia estaba cerrada. Un vecino dio la voz de alarma y los ladrones salieron huyendo sin efectuar el robo. Aunque finalmente no consiguieron llevarse nada, los destrozos de la puerta han supuesto un desembolso para la parroquia. "Ya han intentado robar cinco veces aquí y aún no se han enterado que en la parroquia no hay nada de valor. Este es un templo moderno en el que no es oro todo lo que reluce", aseguraba el párroco. El joven cura explicó que los objetos de más valor, que son patrimonio de las hermandades, no se custodian en la iglesia y que tampoco hay dinero en los cepillos. "Por mucho que brille el sagrario no deja de ser madera. Los enseres son muy vistosos y muy dignos, pero no tienen valor económico", explicó Juan Antonio Martín. La iglesia tendrá que hacer frente a los gastos para reparar la puerta.