Varios barcos de la cofradía de pescadores de La Línea aseguraron ayer haber sufrido de nuevo el acoso de las patrulleras de la Royal Police Gibraltar cuando trataban de faenar en las aguas que rodean el Peñón. Tres fueron los barcos afectados por esta aparente "vuelta de la tensión" en la zona. Dos de ellos barcos optaron por abandonar el lugar, aunque ya habían sido "grabados" por los agentes de la colonia, mientras que el tercer barco, el Divina Providencia, siguió pescando.

Según explicaron los marineros a Europa Press, "las dos primeras lanchas nos invitaron a marcharnos y nos grabaron". Sin embargo, la situación "pasó a mayores" una vez que el patrón del Divina Providencia, Francisco Gómez, decidió permanecer en las aguas que el Gobierno de Fabian Picardo, ministro principal de Gibraltar, considera propias. Fue entonces cuando, según relatan, "apareció una lancha de la Real Police Gibraltar de grandes dimensiones y comenzó a rodear el barco", provocando una escena que "casi le cuesta la caída al pesquero".

Añaden que, al tener conocimiento del incidente, la Guardia Civil acudió rápidamente al lugar para proteger al pesquero español que, según inciden las citadas fuentes, estaba siendo "acosado por las autoridades gibraltareñas". "Afortunadamente todo quedó en un susto" y el barco linense pudo continuar con su labor diaria, según han apuntado.

Finalmente, desde el sector pesquero temen que puedan revivirse en los próximos días nuevas escenas de "tensión", coincidiendo con que va a celebrarse en estas fechas el tercer centenario del Tratado de Utrecht.

Sobre esta última cuestión se pronunció ayer el alcalde de Algeciras y diputado nacional del PP, José Ignacio Landaluce, quien enmarcó este episodio dentro de una "campaña" del Gobierno de Gibraltar para promover tensiones que coincidan con la conmemoración el próximo 13 de julio del 300 aniversario de la firma del Tratado de Utrecht.

Landaluce denunció que este nuevo incidente sucede días después de que el Gobierno de Gibraltar haya realizado denuncias "de supuestas agresiones de España que se han demostrado falsas" y con las que el Gobierno gibraltareño quería promover un "clima de tensión entre España y Reino Unido".