Andalucía

Tensión y desesperación a la espera de carga de trabajo

  • Tres policías heridos en una nueva jornada de protestas en los astilleros de la Bahía

Abandonados, tensos, desesperados. Miran a su alrededor y solo ven bolardos sin amarres y cantiles fantasmagóricos. Los trabajadores de los tres astilleros de la Bahía salían de nuevo a la calle a llamar la atención y, así, no pasar desapercibidos ante la ciudadanía.

"Muchos se asoman a Bahía Blanca y piensan que nos quejamos por capricho", decía Juan Bedeli, presidente del comité de empresa de la factoría de reparaciones de Navantia-Cádiz. Pero no son los únicos  que salieron. 24 horas antes lo hicieron los compañeros de San Fernando pero una "sobrecarga" policial les hizo dar marcha atrás en sus intención de cortar el isleño puente del Gran Poder.

Y ayer, dos frentes, uno en el puente  José León de Carranza, donde hubo que lamentar tres policías heridos leves  durante un enfrentamiento entre la plantilla de los astilleros de Puerto Real y los antidisturbios. A este respecto, el subdelegado del Gobierno, Javier de Torre, justificó lo ocurrido en el puente recordando, una vez más, que se trata de una manifestación "ilegal" porque no ha sido comunicada conforme marca la legislación vigente. 

De Torre confeccionó una rápida crónica de los enfrentamientos detallando que la Policía solo había "tomado posiciones" para evitar que los trabajadores cortasen el tráfico del puente José León de Carranza, lanzando los manifestantes "objetos contundentes" contra los agentes, quienes, a su vez, han respondido con botes de humo. 

Los trabajadores de Navantia llegaron a pedir a los policías que les lanzaran "naranjas y patatas, sin verguenzas", en clara alusión al ya famoso vídeo de Puerto Real que circula por la red.

El tráfico en el puente José León de Carranza quedó restablecido pasadas las 13.30, después de tres horas de cierre a causa de la protesta.

El otro frente se abría en Cádiz, a las puertas de la factoría de Navantia, junto a la Carretera Industrial de la capital. Allí, tras una asamblea, parte de la plantilla se concentró pacíficamente bajo la atenta mirada de los ocupantes de dos furgones policiales.

El presidente de su comité de empresa, Juan Bedeli, rememoró los 400 empleos directos de las industrias auxiliares que se han perdido en este último mes cuando la ocupación de sus muelles y diques se ha visto reducida a la mitad.

Abandonados por la Sepi, "que nos dijo que este mes iba a acabarse la sequía de trabajo para la Bahía". Abandonados por "estos políticos de poca monta que ya no nos representan". Abandonadospor  la dirección de Navantia, "a la que pedimos un plan de futuro y ya, ni nos recibe". Abandonados por la dirección "de nuestra empresa, a la que pedimos que nos defienda". Así describe Bedeli el ánimo con el que la plantilla a la que él representa despedirá el año.

Bedeli miraba ayer hacia atrás. Se acordaba de esas 12.000 personas que llegaron a estar trabajando de manera casi simultánea en los astilleros entre 2008 y 2010. De hecho en aquel entonces ya se estaba trabajando en el proyecto de desguace del Príncipe de Asturias que ahora ven cómo se les escapa de las manos.

En la factoría de reparaciones de Cádiz, son tres las patas sobre las que sustentan su la esperanza que compensa su desesperación. Pendientes del portaaviones Príncipe de Asturias, "que nos enteramos por la prensa que será desmantelado en el astillero de Ferrol y que en Cádiz no podía ser basándose en estúpidas tesis como que aquí no hay calado o que no hay muelles suficientes".

Miran hacia los cruceros, a pesar de que Bedeli mantiene que un crucero da trabajo para un mes y para un dique, "cuando nosotros lo que necesitamos es tener todos los diques y muelles ocupados".

Miran también con esperanza la puesta a punto de los cuatro destructores americanos que podría recaer en el astillero gaditano, cuyo dique número cuatro es el mayor de toda Europa, "si no se lo llevan también a otra parte".

"El sur también existe", reivindicaba ayer Bedeli en nombre de sus representados: "No sabemos qué vamos a hacer pero, a partir de ahora, nuestra lucha va a ser constante", reivindican.

"El año que viene puede ocurrir cualquier cosa", teme Bedeli. "A los que gozamos ya de cierta experiencia en alguna que otra reestructuración, nada nos sorprendería, haciendo alusión a que "ahora nos sentimos más que nunca en la antesala, incluso, del posible desmantelamiento de alguno de los astilleros de la Bahía".

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