Provincia de Cádiz

Román no da crédito: "La espiral en la que ha entrado el PSOE es una locura"

  • El portavoz del Grupo Socialista en la Diputación confía en que pueda ser reconducida la crisis abierta con la ejecutiva provincial, aunque reconoce que es "mi peor momento en 36 años de militancia"

El aún portavoz del Grupo Socialista en la Diputación de Cádiz, José María Román, no había salido ayer aún de su asombro tras los últimos acontecimientos vividos en esta semana y en los que la ejecutiva provincial socialista le ha retirado su confianza para el cargo que viene ocupando desde hace cinco meses por no haber acatado órdenes superiores.

El ex alcalde de Chiclana, que llegó en mayo a la portavocía apoyado por los diputados griñanistas y coincidiendo con la marcha de esta institución de Francisco González Cabaña, no quiso analizar en profundidad ni los orígenes de este desencuentro con la dirección del partido, ni el desenlace que le aguarda. Simplemente reconoció que la situación actual "es muy desagradable", que todo le había pillado "totalmente por sorpresa" y que está atravesando "mi peor momento tras 36 años de militancia en este partido".

"La espiral en la que ha entrado el PSOE de Cádiz es una locura pero aún así sigo confiando en que la situación se pueda reconducir por el bien de mi partido", indicó Román en declaraciones a este medio. El portavoz del Grupo Socialista en la Diputación de Cádiz se negó en rotundo a valorar si se siente utilizado por la ejecutiva provincial del partido o si entiende que la propuesta de ser relevado por Irene García en la portavocía responde a una revancha por haber vencido a la lista que patrocinaba el presidente provincial del PSOE, Manuel Jiménez Barrios, en el congreso local de Chiclana celebrado el pasado mes de septiembre.

La ruptura entre la ejecutiva provincial socialista y el portavoz del PSOE en la Diputación se ha producido esta semana después de que Román se negara a acatar tres órdenes del partido: el relevo en el personal de confianza de la institución provincial para que entrara en esa relación, en primera instancia, la secretaria de Organización del partido, Isabel Armario; la transferencia al partido de toda la asignación que recibe el Grupo Socialista y, en tercer lugar, la necesidad de comunicar previamente a la dirección del PSOE cualquier gestión que el propio Román realizara en el futuro tanto en la Diputación como en el conjunto de la provincia.

La división socialista alcanzó su grado máximo cuando Román y los otros cinco diputados críticos con la dirección del partido abandonaron la tarde-noche del miércoles una reunión con la propia secretaria provincial del partido, Irene García, en desacuerdo con sus planteamientos.

La dirección del PSOE de Cádiz se ha inclinado -ayer lo aprobó de manera formal- por el relevo en la portavocía del Grupo Socialista de la Diputación, que pretenden que pase a partir de ahora a manos de la propia Irene García. Si los seis diputados díscolos se niegan a firmar el documento que avale el relevo habría dos consecuencias inmediatas: que Román se mantendría como portavoz, porque así lo deja claro el Reglamento Orgánico de la Diputación, y que el partido iniciaría medidas disciplinarias contra estos seis diputados. Este último extremo conllevaría una cascada de apertura de expedientes, recursos y comparecencias que, incluso, podría derivar en una última instancia del proceso en la expulsión como militantes de los implicados.

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