Provincia de Cádiz

Sanz aterriza hoy en la cumbre

  • Los populares gaditanos abren una nueva etapa en la que buscarán amortiguar el impacto en la sociedad de los recortes del Gobierno central y mantener el poder institucional sin precedentes que tiene hoy el partido

No había sucedido antes. Que los alcaldes de un mismo partido político gobiernen al 70% de la población de la provincia de Cádiz es algo que jamás había pasado con anterioridad, ni siquiera cuando el PSOE disfrutaba de una treintena de regidores gaditanos en la década de los 80. Esta hazaña, lograda por el Partido Popular (PP) tras las elecciones municipales de mayo de 2011, sustentada en las claras victorias de este partido en la práctica totalidad de las ciudades grandes y medianas de la provincia y jalonada por la llegada por vez primera a la Presidencia de la Diputación de Cádiz, supone un poder institucional sin precedentes en la historia del PP gaditano y es, además, la mejor herencia que a partir del congreso provincial de hoy le dejará José Loaiza a Antonio Sanz como presidente provincial de la formación hegemónica en el conjunto del territorio gaditano.

Que el PP está en la cumbre es una evidencia, porque así lo atestiguan sus tres triunfos electorales consecutivos en las municipales y generales de 2011 y en las andaluzas del pasado marzo. Y es en esta cumbre donde hoy aterrizará Antonio Sanz una vez culminado su segundo periplo como mano derecha de Javier Arenas al frente del PP andaluz.

No será ésta una responsabilidad nueva en la dilatada trayectoria que, pese a su juventud, atesora ya este político nacido en Jerez pero afincado desde hace años en la capital gaditana. No en vano, ya fue presidente provincial del PP de Cádiz en dos etapas anteriores: de abril de 1996 (tras sustituir al arcense Juan Manuel Armario) a octubre de 1999 y, luego, desde octubre de 2004 (una vez que relevó a María José García-Pelayo) hasta julio de 2006. Pero cualquier parecido entre el PP de Cádiz de ambas etapas con el que empezará a dirigir desde hoy es pura coincidencia. Y hay diferencias por muchas razones. La primera de ellas, ya se ha dicho, por el amplio poder institucional que atesora este partido. Atrás quedan ya aquellos tiempos en los que el PP tenía una presencia testimonial en la política gaditana -con dos alcaldías a lo sumo hace ahora 20 años- y en los que el partido -casi siempre con Antonio Sanz como ingenierojefe- tenía que aplicar estrategias arriesgadas para ganar poder municipal, como sucedió con los fichajes de los ex cargos públicos del GIL en La Línea y San Roque o con la incorporación de Enrique Moresco (ex de IP) como candidato a la Alcaldía de El Puerto.

Pero en las diferencias entre las etapas anteriores de Sanz como presidente provincial del PP y la que arranca hoy en el Parador Atlántico de Cádiz también adquieren mucho protagonismo los múltiples recortes (o reformas, como le gusta precisar a los dirigentes populares) que viene aplicando desde hace nueve meses el Gobierno de Mariano Rajoy.

Dirigir el PP de Cádiz al mismo tiempo que su partido lo hace desde la Moncloa es algo que ya experimentó Sanz en su primera etapa como presidente, aunque no en la segunda. Y en esa primera etapa también puso en marcha el Gobierno de Aznar una serie de medidas que no convencían en principio al electorado y que incluso llegaron a despertar resquemores entre la militancia de este partido. El resultado a esa incertidumbre lo dieron las urnas en las generales del año 2000: Aznar alcanzaba la mayoría absoluta y el PP -aunque por los pelos, cierto es- ganaba sus primeras elecciones legislativas en la circunscripción gaditana.

El objetivo de Sanz será, por tanto, que la historia se vuelva a repetir tres lustros después, es decir, que la acción política del PP consiga convencer a la opinión pública gaditana de que los cambios profundos en materia laboral, económica y hasta social que está impulsando el Ejecutivo de Rajoy permitirá a España salir de la recesión en la que lleva ya sumida varios años.

No parece tarea fácil, sin duda, sobre todo a la vista de la amplia contestación social que esas medidas están provocando y que tienen su traslación en las manifestaciones, concentraciones y protestas que, auspiciadas por las centrales sindicales y secundadas por los partidos de la oposición, se repiten un día sí y otro también.

El propio Sanz ya lo ha dejado claro durante los múltiples encuentros que ha mantenido a lo largo de los dos últimos meses con los militantes de su partido en todos los rincones de la provincia: no es momento para que el PP se despiste pensando en encuestas y en resultados electorales y sí para que los dirigentes de este partido se esfuercen en esa labor pedagógica de explicar la necesidad de las medidas del Gobierno.

Pero en este complicado cometido Antonio Sanz no estará solo. Bien al contrario apoyará su gestión en los principales valores del PP gaditano, con la siempre complicada tarea de compaginar experiencia y juventud. Junto a él ya se sabe que en la cúpula de la dirección provincial del partido jugarán un papel primordial tres personas de su más estrecha confianza: Antonio Saldaña, José Loaiza y Ana Mestre, quizás por este orden.

El primero, nacido de la cantera jerezana instaurada por Miguel Arias Cañete y de la que el propio Sanz y María José García-Pelayo son los alumnos más aventajados, se convertirá en el nuevo secretario general y, de paso, en la indiscutible mano de derecha de Sanz, con amplios poderes ejecutivos.

Loaiza, por su parte, estrenará hoy en el PP de Cádiz el cargo de vicepresidente, que compaginará con su doble función pública como alcalde de San Fernando y presidente de la Diputación. Esta nueva designación sólo puede entenderse como un reconocimiento de Sanz a Loaiza por los logros alcanzados en los seis años y dos meses en los que ha sido el máximo responsable de este partido.

Y la tercera punta de este tridente será la ex edil de Cádiz Ana Mestre, a quien Sanz aupó primero a la dirección del PP-A y luego al Parlamento andaluz y a quien dará ahora otro lugar de privilegio al convertirla en la primera portavoz del partido en la provincia gaditana. Buena parte de esa tarea pedagógica que quiere poner en marcha el PP caerá, por tanto, en sus espaldas.

Su preponderancia tendrán también, aunque un escalón por debajo, los alcaldes respectivos de Cádiz (Teófila Martínez), Jerez (María José García-Pelayo) y Algeciras (José Ignacio Landaluce), que tendrán a su cargo órganos internos de nueva creación como el comité de órganos locales, el comité de presidentes locales del partido y la oficina de coordinación parlamentaria.

Y es que, precisamente por el ya referido amplio poder institucional del que goza ahora el partido, Sanz también quiere que los alcaldes jueguen un papel preponderante en el futuro más inmediato. Para ello ha ideado, por un lado, un comité director que funcionará en paralelo a la ejecutiva provincial y del que formarán parte los regidores de las cuatro localidades más habitadas de la provincia (los ya citados Teófila, García-Pelayo, Landaluce y Loaiza), a los que se sumarán el subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier Torre, y el propio Sanz y que deberá fijar las estrategias del PP tanto en sus relaciones con el Gobierno central como entre los diferentes ayuntamientos.

Pero la estructura del PP provincial pasará a contar además con un comité de dirección que estará caracterizado por una masiva presencia de jóvenes valores del partido. Ahí tendrán su sitio, entre otros, el alcalde de Vejer, José Ortiz; el senador Sebastián Ruiz; el diputado nacional Alfonso Candón; los ediles de Cádiz y diputados provinciales Ignacio Romaní y Mercedes Colombo; y otros concejales a los que Sanz ve mucho futuro en política como Paula Conesa (Algeciras), Auxiliadora Izquierdo (Rota) o Isabel Jurado (Chipiona).

Además de esta novedosa estructura interna, la otra noticia de la intensa fase precongresual que Sanz ha venido desarrollando en la provincia ha estado sin duda en el ofrecimiento público realizado a la nueva ejecutiva provincial del PSOE para que ambas fuerzas políticas mantengan encuentros asiduos con objeto de encontrar puntos de encuentro en la acción política de ambas formaciones, de consensuar las prioridades de la provincia y, en base a ello, hacer un frente común para que los gobiernos central y andaluz den un trato preferente a Cádiz. El guante lanzado por Sanz ya ha sido recogido por el PSOE, aunque el tiempo dirá si esos contactos bilaterales que arrancarán en cuestión de días tendrán o no un segundo episodio.

Con más tiempo que su predecesor para fijar la estrategia política a seguir, Antonio Sanz aterriza hoy en un PP asentado con cierta comodidad en la cumbre. Que las gaviotas logren mantenerse en la cima a la que tanto les ha costado llegar o que se despeñen por la ladera por mor de la tempestad que ya asola la montaña será desde hoy responsabilidad de un político curtido en mil batallas y que, demostrado está, se conoce su partido y su provincia al dedillo.

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