A partir de ahora, el cartel que la Policía Nacional colocó  en muchas comisarías tras la tragedia en la playa del Orzán, en A Coruña, en enero, donde murieron tres agentes intentando salvar a un joven eslovaco, con la leyenda "Orgullosos de nuestros héroes", va a tener  que añadir un nuevo nombre, el de Carlos  Calderón Arias. Así se llamaba el policía  de 33 años que falleció  ayer al mediodía tras lanzarse al agua a intentar auxiliar  a dos bañistas en apuros en la playa de El Palmar, en Vejer. 

Todo ocurrió sobre las 12,30 horas, en la zona de La Mangueta, la parte más alejada de la playa de El Palmar, y la considerada como la más peligrosa.  Según relató a este diario el alcalde de Vejer, José Ortiz, dos extranjeros,  un francés y un alemán, se estaban bañando. El agua estaba muy revuelta. En un momento dado, ambos se vieron en apuros y gritaron pidiendo auxilio. El agente de la Escala Básica de la Policía  Nacional, natural del municipio hispalense de Alcalá de Guadaira y  destinado allí, que se encontraba de vacaciones en Vejer  con su mujer,  se lanzó al agua para tratar de rescatarlos.

"Algo  le debió ocurrir porque no llegó donde estaban los bañistas", indicó  el regidor vejeriego. Una chica extranjera que trabaja en la Escuela de Surf emplazada en Mangueta se tiró al agua a por los bañistas, que habían logrado asirse a las boyas de la señalización. Y consiguió sacarlos a ambos. Y cuando regresó a la orilla, la mujer del agente le  preguntó por él. La profesora de surf, que  no se había  dado cuenta de que el agente también se había adentrado en el mar,  se lanzó de nuevo al agua, pero ya era tarde. No había ni rastro en el agua de Carlos  Calderón Arias.

Tras activarse un dispositivo  especial de búsqueda,  buzos de la Guardia Civil  lograban recuperar su cadáver en torno a las 17,30 horas a unos 400 metros del  punto en el que había sido visto por última vez. En una zodiac, su cuerpo  fue trasladado hasta el puerto de Conil. Y desde allí, al Instituto de Medicina Legal, en Cádiz, donde se le practicará  la autopsia. Y es que, según desveló el alcalde vejeriego, el forense que hizo un primer reconocimiento al cadáver apuntó a la posibilidad de que el policía hubiera sufrido algún tipo de percance. "Un calambre o un corte de digestión que provocó que él no pudiera llegar hasta alguna boya", agregó Ortiz.

Ayer, a sólo un día del l inicio del verano,  en las playas de Vejer no  había servicio alguno, a pesar de que en la inmensa mayoría de las playas  de la provincia la temporada oficial ha arrancado entre los días 1 y 15 de junio .  No ya socorristas, ni tan siquiera ondeaba bandera alguna que pudiera alertar del peligro existente en una jornada que, aseguran, soplaba  fuerte viento de Poniente con olas de más  de medio metros de altura. El alcalde dijo que, desde que el PP llegó al poder, hace ya dos años, en la localidad no disponen servicios en el litoral hasta  finales de junio. Este año, en concreto, empezarán el 29 de junio. "Ya nos gustaría tener dinero para empezar la temporada en Semana Santa", lamentó.

El Ayuntamiento  de Vejer a últimas horas de la tarde decretaba jornada de luto oficial para hoy  en memoria del policía fallecido. El  regidor pudo  comunicar  de vida voz  que el Consistorio   se adhiere al reconocimiento oficial que el Cuerpo va a dispensar al agente   al director general de la Policía Nacional, Ignacio Cosidó, que se desplazó a la provincia tras  conocer la noticia de la desaparición del agente. 

Desde Madrid, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, mostró su solidaridad y brindó su  pésame a la familia del policía nacional, destacando que "es  un orgullo para el Cuerpo Nacional de Policía ".

El policía,  que no tenía hijos, estuvo destinado en la comisaría a sevillana de Nervión  hasta que el pasado 21 de mayo se incorporó a la comisaría de su localidad natal, en Alcalá de Guadaira.