Provincia de Cádiz

"No vamos a parar hasta que se haga justicia con mi padre"

  • Los hijos de Antonio Romero, churrero de Chiclana que fue brutalmente asesinado el 23 de septiembre de 2004, demandan que se reactiven las investigaciones

Hace ya siete años y medio que Chiclana se sobrecogió con uno de los asesinatos más cruentos de su historia reciente. Fue en la madrugada del 23 de septiembre de 2004 cuando Antonio Romero, conocido churrero de la localidad, perdió la vida a manos de unos desconocidos que asaltaron su vivienda, ubicada en el número 5 de la calle Álava, en busca de dinero.

Tras ser apaleado brutalmente por cuatro encapuchados, Antonio Romero, de 78 años de edad, murió, mientras que su esposa, Manuela Núñez, que también resultó gravemente herida, logró sobrevivir, padeciendo importantes secuelas físicas y sicológicas que le acompañaron hasta su muerte, un año después del trágico suceso.

Pese a que en el escenario del crimen se registraron hasta 23 huellas, las distintas líneas de investigación abiertas no dieron fruto alguno para desconsuelo de una familia que, pese al tiempo transcurrido, se niega a olvidar y sigue pidiendo justicia en memoria de Antonio Romero y Manuela Núñez.

"No es posible que después de tanto tiempo estemos sin saber absolutamente nada de los criminales que mataron a nuestro padre y dejaron malherida a nuestra madre y que, para colmo y según nos dicen desde la propia Guardia Civil, la única posibilidad de encontrar a los asesinos sea que estos vuelvan a cometer un delito y que, con las huellas obtenidas en su momento, se les pueda relacionar", comenta Bernarda Romero, hija de Antonio y Manuela.

"A día de hoy", añade su hermano José Manuel, "seguimos sin poder entender que, pese a que se encontraron en la casa de nuestros padres hasta 23 huellas, porros y sangre, nada de ello ha servido para poder dar con algunos de estos criminales", a los que, al menos en parte, sitúa en el entorno de sus progenitores.

"Tal y como le comentamos a los agentes en su momento", añade, "muy poca gente podía saber que mi padre guardaba ese día en casa algo más de 4.000 euros procedentes de la venta de un vehículo y, menos aún, podía estar al corriente de la existencia de una caja fuerte que intentaron abrir sin éxito". "Por ello", sostiene, "seguimos pensando que, al menos una de esas personas, debía conocer a mis padres".

Bernarda, que recuerda con gran dolor las secuelas que el terrible suceso ocasionó en su madre, "desde que pasó aquello siempre creía estar viendo a gente que entraba en casa y que la quería agredir", reconoce que, "desde entonces, no he encontrado la paz que necesita toda persona para vivir y, además, me siento permanentemente amenazada". "Prueba del estado de inquietud y temor que padezco y que estoy convencida que no superaré hasta ver a esos criminales entre rejas", resalta, "es que en muchas ocasiones he tenido que dormir con un cuchillo debajo de la almohada".

Al dolor de haber perdido a su padre y ver sufrir a su madre hasta el final de sus días, la hija de Antonio Romero lamenta que, "fruto de que no se ha capturado a los criminales, durante este tiempo también hemos tenido que aguantar rumores y comentarios muy dañinos de nuestra familia en relación a lo que sucedió". "Palabras", asegura, "que, aunque sin valor alguno, nos han dolido y, por otra parte, nos alientan, más si cabe, a luchar para que no se olvide el terrible asesinato que se cometió y a pedir que se reactive la investigación".

Con tal fin, Bernarda y José Manuel anuncian que, después de haber sufrido otro duro revés familiar por la pérdida de un ser querido, están dispuestos a movilizarse para reivindicar que, "aunque más tarde de lo que hubiésemos deseado, se haga justicia con nuestros padres".

"Queremos que el crimen que se cometió hace ya más de siete años siga presente y para que así sea tenemos pensado convocar una manifestación en la que confiamos que nos acompañarán muchos chiclaneros, ya que mi padre era una persona muy conocida y querida", subraya Bernarda.

"Además", concluye la hija de Antonio Romero y Manuela Núñez, "queremos que quienes tienen competencias para resolver asuntos de esta gravedad entiendan que deben seguir adelante para que quienes cometieron tan brutal crimen tengan el castigo que se merecen".

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