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Bahía Emprende

Una empresa que no se sostiene sin innovación

  • Tomás Silva, un canario afincado en Cádiz, dirige "Zana Design", un estudio de creación de nuevos productos y patentes que crea valor a partir de ideas

Convertir una idea, un concepto creativo, en un diseño real, tangible; desarrollarlo y crear un prototipo y, por último, justificar su utilidad para que tenga cabida en el mercado. Tomás Silva Alonso no puede concebir su empresa sin un concepto, actualmente muy manido, el de la innovación, que es  el core de "Zana Design", creada en 2005 como marca y, desde hace un año, en SL.

Tomás, 36 años, canario afincado en Cádiz, atesora un destacado currículo en el campo del diseño, tanto formativo como profesional. Tras graduarse en Diseño Industrial por la Universidad Pompeu Fabra, decidió emigrar a Inglaterra para especializarse en diseño de productos en la Southampton University y, posteriormente, realizar un master en la prestigiosa Royal College of Arts de Londres.

"Antes de terminar los estudios ya creé mi propia empresa  -relata nuestro emprendedor-. Al acabarlos me ofrecieron trabajo en un reconocido estudio de diseño y seguí por cuenta ajena durante seis años, antes de estudiar en el Royal College, donde me ayudaron a encontrar mi propio método de trabajo y a desarrollar mis habilidades, así que decidí comenzar la empresa para mantener ambos".

Ahora, lucha por mantener activo su estudio con la misma clave que en los principios: la búsqueda de la innovación. "Lo que hago y cómo lo hago no tiene competencia y los proyectos realizados hablan por sí solos", afirma sin ocultar su satisfacción por el recorrido andado. Su portfolio es variado: se compone de productos únicos, exclusivos, que responden a ideas diametralmente opuestas unas de otras. Merece la pena echar una ojeada a su web www.zaradesign.es para comprobarlo. Desde unos altavoces que producen sonido y olores, "reproductores de sensaciones", creados para una multinacional, hasta el rediseño de un botijo sin sabor a barro, o la fusión de una maleta y un carro. En resumen, crear patentes y nuevos procesos productivos.

Los tiempos son difíciles. "La crisis genera miedo y cuando alguien tiene miedo suele esconderse en lo conocido. Hay pocos valientes que deciden enfrentarse innovando -señala Tomás-. El desconocimiento a nivel regional de mi sector y las características conservadoras  de esta zona hacen que resulte muy difícil vender un servicio cuando es desconocido y no se valora".

No obstante, sus expectativas se están cumpliendo. "Profesionalmente, he desarrollado más proyectos innovadores de lo esperado, teniendo en cuenta que, normalmente, los estudios de diseño se dedican más al estilismo que a la innovación. Personalmente echo de menos la cultura de diseño de ciudades como Barcelona y Londres", argumenta. Ahora bien, Tomás ha conseguido, a base de tesón y esfuerzo, hacerse un hueco en un mercado en el que no abundan, al menos en España, estudios dedicados a la creación de nuevos productos.

Uno de los hándicaps de un negocio de este tipo es la carencia de ventas recurrentes que garanticen la viabilidad a corto y medio plazo de un plan de negocio. "En mi caso no han funcionado ninguno de los planes que he hecho; sin embargo, todo acaba funcionando. Una empresa tiene altibajos y en el caso de una dedicada en exclusiva a la innovación resulta muy complicado acertar con las previsiones. Si todo sigue funcionando es por la confianza en el proyecto y la constancia", sostiene.

Hablamos de futuro y de recetas anticrisis: "No sabría por donde empezar. Casi podría escribir un libro de teorías, pero como no soy ningún experto en esa materia, me limitaré a decir que reducir costes no hace más que prolongar la agonía, lo cual no esta mal si eso sirve para meditar y reaccionar con mayor acierto. El problema es que, por ahora, vamos dando palos de ciego", afirma Tomás.

A su juicio, el papel que debe jugar la administración se debe centrar "en agilizar la creación de empresas y empleo, y no preocuparse tanto por el control, ya que eso ralentiza proyectos y no consigue resultados". Según su teoría, "el que quiere saltarse las reglas siempre encuentra el modo, por lo que al final tanto control sólo afecta al que es honrado".

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