seguridad Intervenciones de la Benemérita antes de las fiestas navideñas

El 'Bin Laden' de los petardos

  • En la tradicional batida para evitar la venta ilegal de artefactos pirotécnicos, la Guardia Civil interviene un millar de "truenos" que triplican la pólvora permitida

Su nombre ya anuncia que son la bomba. El Bin Laden de los petardos. Los truenos de gran potencia  marca "Big Lande", fabricados en España, por Pirotecnia Ferovi,  según pone en la caja, tienen un atractivo diseño. Como un grueso pirulí, mitad color marrón, mitad dorado, descomunales marrones glacés que en realidad albergan una importante carga explosiva. Nada menos que el triple de la pólvora permitida por Ley. Pero nada de eso pone en la caja. Sólo un elocuente "No encender sosteniéndolo en la mano", y una pequeña leyenda que recomienda su uso al aire libre y en espacios abiertos. Lo dicho, una auténtica bomba que, en la mano de cualquier niño, puede provocar una desgracia.

Pues nada menos que un millar de estos truenos atestados de pólvora   son los que este año ha logrado intervenir la Guardia Civil, en una furgoneta interceptada en la A-393, cuando el conductor se dirigía hacia distintos establecimientos de la provincia para largar su ilegal mercancía.

Un millar de artefactos explosivos ilegales que los tradicionales controles que agentes de la Benemérita  realizan en estas fechas para evitar la venta indiscriminada en establecimientos no autorizados para ello en la provincia  han quitado del mercado.  Unos truenos que ya el pasado año, se mandaron a analizar a Industria, revelándose su explosiva composición e imponiéndose por ello desde entonces no sólo su comercialización sino hasta su fabricación.

Pero no sólo han sido los Big Lande. También botes de humo, de uso exclusivo náutico  para que embarcaciones en peligro puedan señalizar su posición, petardos Tigre, petardos Dragón, "carcasas" que rompen en palmeras de colores, cual castillo de fuegos artificiales, y una abultada variedad de bombetas y hasta bengalas, de la suerte, de la felicidad,  han sido requisados en un total de 34 inspecciones realizadas por los agentes. Actuaciones llevadas a cabo en controles aleatorios en carretera y en comercios,  que se han saldado hasta la fecha con la interposición de 21 sanciones administrativas.

Porque conviene saber que, a día de hoy, tan sólo hay tres establecimientos en la provincia  que cuentan con la preceptiva autorización para la venta de artefactos pirotécnicos, y están radicados en  Chiclana, Trebujena y Algeciras.

El resto de comercios no pueden vender más que exclusivamente bengalas, aunque eso sí, siempre y cuando  dispongan para ello de una autorización específica de la Intervención de Armas de la Guardia Civil. Un permiso que, además, impone una serie de normas, como la prohibición de tener almacenados más de cinco kilos de este tipo de material dado su carácter altamente inflamable. Ni tan siquiera pueden vender  las tradicionales bombetas que los padres acostumbran a comprar a sus hijos en kioscos o puestos ambulantes.

Son agentes de la Comandancia de Cádiz, acompañados de efectivos de las especialidades  de Intervención de Armas y Explosivos y del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) los que se encargan cada año de realizar estas inspecciones que tienen en realidad un único y primordial objetivo; prevenir para no tener que lamentar accidentes.

La concienciación parece que ha ido algo al alza. Porque el pasado año por estas fechas fueron nada menos que 16.000 los artefactos pirotécnicos que fueron requisados en municipios de la Bahía,  Costa Noroeste y Bahía.

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