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Andalucía

Sólo para amantes del riesgo

  • Los compradores de Nueva Rumasa acuden allí donde hay una empresa en quiebra. Así son y así actúan los hombres de la sociedad Back in Business.

En el apartado 'Crisis Management' de la web de Aszendia Asociados, especialistas en gestionar empresas quebradas, aparece esta frase que se atribuye a Albert Einstein: "La crisis es la mayor bendición que puede sucederle a las personas y los países porque la crisis trae progresos". Otra empresa, dedicada  a vender 'sociedades dormidas', Horizon Management, fundada por Ramón Cerdá, un abogado de Onteniente que escribió la novela El encantador de abejas, se encabeza con este reclamo: "Agilizamos de forma artificial pero efectiva la la maquinaria de la Administración en beneficio del cliente final". Estas dos sociedades, Aszendia y Horizon, convergen en las sonadas operaciones de  compra de dos empresas sumidas en un agujero negro, Marsans y Nueva Rumasa. Y el artífice de estos  distressed assets (activos en dificultades), como se conocen en la jerga, es Ángel de Cabo. 

De Cabo es valenciano, con cerca de quince años en el sector. De lo poco que se sabe de él es que sus primeros pasos los dio como fontanero, que carece de estudios superiores y que el diario Levante le bautizó como el 'señor Lobo', el personaje encarnado por Harvey Keitel en Pulp fiction en cuya tarjeta se leía 'soluciono problemas'. Esta es la versión oficial que se ofrece desde su propio entorno: "De Cabo es ante todo emprendedor y empresario, y lo ha sido durante toda su trayectoria en múltiples sectores y ámbitos de actividad económica. Además de dedicarse a la gestión de empresas propias, en los últimos años es cierto que algunas de las operaciones de adquisición de otras compañías han tenido especial relevancia mediática, pero eso no es más que una de sus actividades". Su  modo de actuar se resume desde Aszendia, su consultora, en la siguiente secuencia: "Análisis de costes y rentabilidades de las unidades de negocio, redefinición estratégica del negocio, cierre y desinversión de unidades de negocio no rentables, redimensionamiento de plantillas, eliminación de clientes no rentables..."   

 

Para dar estos pasos lo primero es tener una sociedad. El abogado Ramón Cerdá se las proporciona desde su dispensador de 'sociedades durmientes'. Despertó en marzo Back in Business para comprar Nueva Rumasa e hizo lo propio en 2010 con Posibilitum Business para comprar Marsans. Cerdá no tiene nada que ver con lo que sus clientes hacen luego con sus sociedades. El sólo crea o se inspira en nombres. Back in Business, de hecho, es el título de una canción de AC/DC.   Las sociedades adquiridas por De Cabo  tienen objetos sociales tan dispares como adquirir animales exóticos o fabricar juguetes. El propio Cerdá lo explica: "Si se consultan bases de datos como la de Axesor únicamente aparece el primer punto del objeto, y como lo que hacemos nosotros es constituirlas incluyendo todos los objetos sociales posibles, pero no necesariamente en el mismo orden, aparentemente puede parecer que sean sociedades específicas para una u otra actividad, pero esto nunca es así".

 

El sistema es el siguiente: "Solicitamos el nombre al Registro Mercantil, depositamos el capital en el banco, pedimos el certificado, elevamos a pública  la constitución, y luego inscribimos en el Registro correspondiente la escritura.  Una vez inscritas, las sociedades ya tienen personalidad jurídica y pueden operar y las ponemos a la venta. Cuando el cliente nos compra una de estas sociedades se realizan dos escrituras distintas. La primera es la compraventa de participaciones y la segunda es la de acuerdos sociales, en la cual siempre se cambia el administrador, cesando al fundador, que suelo ser yo, y nombrando a los nuevos administradores". 

 

¿Por qué gente como De Cabo acude a este servicio? Cerdá afirma que es "por comodidad y rapidez.  Se ha abusado de términos como el de 'sociedad fantasma' dando a entender operaciones poco transparentes. Nada más lejos de la realidad; tenemos una cartera de clientes muy extensa y entre nuestros clientes los hay de todo tipo. Claro que, lamentablemente, algunas de nuestras sociedades se han utilizado fraudulentamente, pero eso es algo anecdótico dentro del volumen de ventas que tenemos y está fuera de nuestro control".

 

La mano derecha de De Cabo es el joven ejecutivo Ivan Losada. Coincidieron en la constructora NFD (Nuevas Formas y Diseños), presidida por Ángel Olmos,  conocido en el mundo empresarial valenciano por adquirir pequeñas constructoras en crisis. El gran salto se  produce en 2009, en pleno pinchazo de la burbuja, cuando NFD acude al socorro de una constructora fuera de las fronteras de la comunidad valenciana, la sevillana Azagra, embarcada por entonces en la urbanización Las Melgarejas, en Salteras, a 12 kilómetros de Sevilla. También será NFD la que aparezca cuando Teconsa, propiedad de uno de los grandes empresarios leoneses, José Martínez Núñez, pase de tambalearse a desmoronarse tras filtrarse que   el juez Garzón investigaba si consiguió la adjudicación de una carretera gracias a la intermediación del cerebro de la trama Gurtel, Francisco Correa. Ángel de Cabo se convierte en administrador único de la constructora leonesa y su nombre empieza a salir en los periódicos, aunque nadie sabe cómo es su cara. 

Pero el gran golpe de mano nos lleva al lugar en el que el general Montgomery  derrotó a Rommel y que cambió el curso de la II Guerra Mundial: El Alamein. Así lo explicaba el presidente de NFD, Ángel Olmos, al rotativo valenciano Levante a principios de 2010:  "Allí hay enterrados más de 30.000 soldados de los ejércitos aliados y nazis. Nuestra intención es atraer a los cientos de familiares que cada año acuden de todo el mundo a visitar las tumbas y que hoy en día no tienen un sitio donde dormir o ni siquiera tomar un café". El Alamein es una ciudad fronteriza egipcia, pero justo al lado está Ghadama. Y eso ya es Libia. Libia. Ese era el golpe de mano.

Todavía hoy, con el régimen de Gadafi derrocado, puede visitarse la web de la Lybian Tourist Investment. Entre las noticias está la firma en Trípoli de la constitución de la empresa mixta Lybian Spanish Tourist Investment. Sobre la operación hay poca información, pero innumerables fotos. Están presentes Ángel de Cabo, Ángel Olmos y, presumiblemente, el abogado Rafael Gabriel Segura, una figura clave en este negocio, al que muchos atribuyen el  papel de urdidor de este próspero negocio valenciano de meterse en la boca del lobo para salir sin un rasguño. Lo que estaba en juego era un inmenso complejo turístico en el tablero de ajedrez de Montgomery y Rommel liderado por una multinacional australiana, Brisbane Inc. NFD, según Olmos, tendría 14 hectáreas a su disposición para viviendas y hoteles. La operación se truncó. Si hubiera seguido adelante, tras la guerra civil en Libia de este verano, NFD hubiera tenido serios problemas. Pero eso ya no afectaría a De Cabo. Según su entorno, ya se ha desvinculado de NFD. Vuela solo.

 

La actividad de Ángel de Cabo  ha sido incesante desde que estalló la crisis, pero apenas era conocido en el mundo empresarial más allá de Valencia hasta mediados de 2010. Es el momento en que Gerardo Díaz Ferrán, cuyos últimos días como presidente de la CEOE habían sido un calvario, tira la toalla y entrega a De Cabo su empresa, la centenaria Viajes Marsans. Siguiendo el decálogo Aszendia, Marsans fue analizada y se decidió que no era posible ni su redimensionamiento, ni su reflotación. En abril de 2011 el juzgado de lo mercantil aceptaba la liquidación de la compañía y los administradores concursales pedían la rescisión de operaciones realizadas por los responsables de Posibilitum, la sociedad de De Cabo cuando gestionaban Marsans, y que consideraron que se hicieron en contra de los intereses de los acreedores. 

 

La versión de Back in Business, que en aquella ocasión era Posibilitum, tiene algunos matices. Según un cuestionario enviado a Back in Business y contestado a través de correo electrónico, lo que sucedió en Marsans fue lo siguiente: "A través de Posibilitumm no sólo nos hicimos cargo de la agencia de viajes, sino también de muchas otras empresas. Cuando Posibilitumm entra en junio de 2010 a asumir la gestión de Marsans le habían retirado la licencia para emitir billetes aéreos, lo que bloqueaba la posibilidad de generar ingresos por su actividad ordinaria, comprometiendo sus posibilidades de futuro. A pesar de este escenario tan negativo, se trabajó en un plan de viabilidad en tres ejes fundamentales: reducción de los costes de estructura y operativos; reiniciar la actividad con el acuerdo de proveedores, recobrando la licencia, y finalmente obtener liquidez vendiendo activos no estratégicos. De estos tres objetivos, los dos primeros fueron cumplimentados, mientras que el tercero no fue posible,  ya que los principales activos eran las propias oficinas que fueron adquiridas por la competencia sin pagar diferencial. Por esto no fue posible la puesta en marcha de la actividad. No obstante, dentro del Grupo Marsans se adquirieron otras empresas que a día de hoy siguen teniendo actividad. Entre ellas, la cadena hotelera del grupo, en la que siguen manteniendo su empleo más de 3.000 personas". 

 

 Pese a esto, los abogados que defienden los intereses de los poseedores de bonos de Nueva Rumasa no son optimistas tras el desembarco de Back in Business.  El despacho de abogados de Martínez Echevarría ya ha informado a sus clientes que, en principio, el cambio de propietario no es ni bueno ni malo. Su análisis es que entre las empresas del holding adquiridas por Back in Business habrá algunas en situación concursal  sobre las que el nuevo titular no puede actuar de ningún modo, ya que incurriría en un delito de alzamiento de bienes, y que habrá otras en situación preconcursal o no afectas al proceso  que pueden tener activos de los que podrán disponer los nuevos gestores. En ese caso, el acreedor debe asumir que se actuará en contra de sus intereses, tal y como sucedió en Marsans. Y es cierto que Back in Business promete poco en ese sentido: ni mejor ni peor. "La responsabilidad con los inversores de pagarés residía y sigue residiendo en cada sociedad emisora o avalista, con independencia del cambio de propiedad ocurrido". 

 

De momento, la familia Ruiz-Mateos ha reconocido que ha tenido que "malvender" Nueva Rumasa por 1.500 millones, que es el pasivo del Grupo, cuando sus activos son de 6.000 millones. Sean o no sean así estas cifras, y Back in Business ni confirma ni desmiente, en esa gran horquilla es donde los hombres de Ángel de Cabo han pensado que, una vez más, merece la pena el riesgo.

 

Su filosofía es muy clara sobre lo que es triunfar y fracasar. En su respuesta escrita, supervisada por los principales dirigentes de la firma, se reflexiona de la siguiente manera:  "Se dice en el mercado anglosajón que uno no llega a ser un buen empresario hasta que no se arruina al menos  tres veces. En la cultura mediterránea el fracaso estigmatiza, cuando lo que hay que hacer es aplicar las enseñanzas recibidas para no volver a cometer los mismos errores y seguir creciendo como profesionales y como personas".

 

De Cabo y sus hombres parecen no arredrarse ante la situación de una compañía como Nueva Rumasa, que fue estudiada por la gran multinacional del riesgo, Oakree.

Los técnicos de  Oakree no vieron posibilidades de negocio. Los valencianos están convencidos de que sí lo hay. "Como expertos en gestión empresarial sabemos que una inversión está justificada en cualquier empresa rentable con perspectivas positivas de viabilidad. Por ejemplo, en el caso de algunos de los hoteles de la antigua Nueva Rumasa, que ya estamos gestionando porque no estaban retiradas las facultades. En apenas unas semanas hemos regularizado en gran medida el pago de nóminas atrasadas, atendido pagos de proveedores y recuperado las relaciones comerciales con los tour operadores. Como consecuencia de estas decisiones adoptadas, hemos elevado la ocupación media de los establecimientos, el nivel de satisfacción de los clientes y se ha recuperado el ánimo en los trabajadores".

 

También esperan salvar la división bodeguera del grupo, su origen y el ADN de Rumasa, aunque su enfoque no parece ofrecer ninguna especificidad y reconocen que carecen del romanticismo de los bodegueros, que lo suyo es pura aplicación de una fórmula por la cual "adquirimos sociedades cuyos propietarios consideran que están en dificultades. Lo que para un empresario puede ser una grave situación sin solución, para nosotros simplemente puede ser un problema puntual que resolvemos reestructurando adecuadamente la compañía y gestionando estratégicamente sus activos". 

 

En el caso de las bodegas, su receta es "establecer con la administración concursal un plan de negocio objetivo y real, adecuando las estructuras  a su realidad en el mercado y al momento actual. En este sentido, creemos que lo más razonable para garantizar la supervivencia de las bodegas es redimensionarlas, ya que un negocio que no es rentable es inviable. Si somos capaces de equilibrar de manera razonable las cuentas de resultados de las empresas, su futuro está más que garantizado".

Insisten en que en su actuación no hay trampa ni cartón, "ya que la mayor parte de las empresas están en concurso, lo que nos obliga a supeditar cualquier decisión al control y supervisión de la administración concursal. Hemos entrado en negocios que llevaban en pérdidas varios años. Nuestros planes de viabilidad son la única garantía para poder mantener los puestos de trabajo. Para eso las empresas tienen que crear valor y hacer rentables empresas en serias dificultades".

 

Aseguran los técnicos que estos días han estado en las firmas de Nueva Rumasa 'aterrizando' que no se han encontrado nada que no se esperaran. Sabían dónde entraban. Sus relaciones con la familia Ruiz-Mateos son correctas, pero quieren dejar claro que no hay pactos secretos, que la familia que fundó el imperio de la abeja saldrá de la gestión: "No existe ninguna vinculación  que vaya más allá de la lógica en un proceso de traspaso de un complejo grupo de empresas. Cuando culmine el proceso de traspaso se producirá la salida de todos los miembros de la familia de los órganos de gestión de las distintas sociedades".

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