Hace décadas miles de jóvenes españolas marchaban a Inglaterra y Francia como au-pairs, bien en períodos vacaciones, bien durante todo un curso escolar. Hoy en día, el interés por el idioma español y nuestra cultura están equilibrando el número de estudiantes que salen fuera, con el de extranjeros que eligen España.

Para Carmen Lobo, una sevillana de Osuna de 42 años afincada en Chiclana, esta situación se ha convertido en el core de su reciente empresa, de su proyecto emprendedor. Ha fundado Hermano Canguro, una agencia dedicada a servir de intermediaria entre jóvenes con interés por trabajar como cuidadoras de niños, y familias gaditanas que apuestan por este modelo, cuya condición estriba en que las au-pairs hablarán a los pequeños en su idioma de origen: inglés, francés, alemán, etcétera.

Carmen, que se tituló como técnica superior en Administración y Finanzas y también en PRL, llega al mundo de la empresa como consecuencia, en parte, "de la imposibilidad de trabajar por cuenta ajena, junto con el empleo precario existente actualmente". Rebosante de optimismo, desde su oficina de Chiclana, afirma que, "sin embargo, ambas casuísticas me han dado la posibilidad de poner en marcha mi proyecto, y ahora estoy muy satisfecha con el mismo".

Hermano Canguro Au Pair, Servicio de Educación y Alojamiento, ha nacido con el deseo de "aprovechar la situación actual de demanda de aprendizaje de idiomas, con el servicio tradicional del cuidado de hijos e hijas. Pretendo ampliar el mercado cubriendo un nicho del mismo, hasta ahora no satisfecho, y que supone una de las mejores posibilidades de sinergía entre la educación, la formación y el alojamiento como contraprestación", relata Carmen al referirse a su joven agencia, que ha invertido la dirección tradicional de jóvenes españoles con destino al extranjero.

Nuestra emprendedora es muy celosa a la hora de dar detalles de las claves de su plan de negocio. Eso sí, como buena conocedora de lo que una empresa de servicios debe garantizar, aboga por trasladar a sus clientes, familias de la zona, la necesidad de "superar las barreras tradicionales de educación hasta hacer ver que el servicio que ofrezco es de calidad". Eso, y la concienciación cada vez más extendida entre padres y madres jóvenes sobre la necesidad de que sus hijos se formen en un segundo idioma de cara al futuro.

"Mayoritariamente traemos a chicas de entre 18 y 30 años, que ya hablan algo de español. Una vez aquí, cuidarán de los niños a cambio de una dieta de bolsillo, alojamiento y manutención. Tendrán que hablar con los pequeños en su lengua", explica la emprendedora de Hermano Canguro.

Su negocio es un exponente del uso de las redes sociales y el mundo 2.0, porque muchos de sus contactos se obtienen "a través de internet, Facebook, Twitter, correo, además de personalmente en los organismos claves para mi empresa", asegura Carmen.

La acogida de Hermano Canguro en el mercado "ha sido muy positiva", afirma. "Ofrezco un servicio de calidad, con garantía y siempre atendiendo la demanda de mis clientes. Mi empresa se adapta totalmente a sus peticiones".

Nuestra empresaria, que ha optado por la fórmula de autónoma para desarrollar su proyecto, cree que, a pesar de la crisis económica, sigue habiendo muchas familias que optan por realizar una inversión en lo referente a los idiomas de sus hijos, "personas que entienden el carácter prioritario de aprender un segundo idioma para poder ser competitivos en el mercado laboral en el futuro". Contar con una cuidadora extranjera para sus hijos es un paso más en este importante proceso de aprendizaje en idiomas.

La promotora de Hermano Canguro apuesta "por la formación continua y actual de temas relacionados con mi negocio, porque son fundamentales para el crecimiento y competitividad del mismo".