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Provincia de Cádiz

Con la salud a cien kilómetros de distancia

  • 400 pacientes de Jerez se ven obligados a ir a Algeciras o Sevilla para recibir radioterapia

Antonio Limones Sánchez tiene 64 años, está casado y tiene 4 hijos. Fue ATS, aunque en la actualidad tiene la invalidez permanente total. Hace un año, tras más de seis meses de pruebas (tacto rectal, ecografía, resonancia magnética...) le diagnosticaron un adenocarcinoma de próstata y en la actualidad es una de las cuatrocientas personas que se ven obligadas al año a desplazarse en ambulancia hasta Sevilla o Algeciras para recibir las sesiones de radioterapia que le han prescrito, debido a que el edificio que debía albergar este servicio en el hospital de Jerez se encuentra en obras desde 2007. El edificio debería haber estado listo en 2009, pero la obra sufrió un parón por la quiebra de la constructora.

Concretamente Antonio Limones acude en Sevilla al centro oncológico privado La Cartuja, que tiene un concierto con el Servicio Andaluz de Salud (SAS) para este servicio. De lunes a viernes se tiene que levantar a las seis de la mañana, "porque la ambulancia empieza a recoger pacientes a las siete, luego me ducho, me preparo y me voy a la puerta del bloque. Tomo un descafeinado en un bar que hay al lado mientras espero la ambulancia, una espera que suele ser de una media hora porque ahora por ejemplo recoge a pacientes en Cuartillos, aquí en el Parque Atlántico, la cuesta del Palenque, El Portal, Guadalcacín y ya tira para Sevilla". Allí llegan sobre las diez o diez y media de la mañana, "dependiendo del chófer y del tráfico".

Antonio sólo tiene que recibir cinco minutos de radioterapia, y para ello se pasa toda la mañana de viaje, aunque señala que "algunas personas a lo mejor necesitan más tiempo que yo, media hora, según lo que le haya indicado el médico. Hay días que no llego a casa hasta las tres y media, porque a la vuelta también se deja a cada paciente en su domicilio".

"Tenemos que esperar al último paciente para volver pero lo peor de todo esto es la cantidad de tiempo que estás fuera, porque casi todos somos personas mayores, hay muy pocos jóvenes y aunque yo no lo llevo mal, acabamos muy cansados y hay algunos que lo pasan fatal", señala.

Agradece su dedicación tanto a los chóferes de la ambulancia, como al personal del centro de La Cartuja, aunque eso no le quitará la cantidad de kilómetros que se ha tenido que meter en el cuerpo, como cientos de personas más, por el retraso en una obra que no se acaba.

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