Pasarela

Cantar, la nueva forma de impartir venganza

  • Son muchos los cantantes que han usado sus letras para narrar los deslices de sus parejas El último caso es el del disco de Beyoncé, titulado 'Lemonade'

Muy lejano queda ya aquel Cry Me a River que Justin Timberlake dedicara a una compungida Britney Spears, justo después de su ruptura en el año 2002 y la escena ya forma parte de la colectividad social, que vio en esta letra un himno para aquellos que sufren ante una traición emocional de esta naturaleza: una infidelidad. Los deslices están ahí y quien más o quien menos se ha visto involucrado en alguna que otra acción de dudosa moral. Por eso no es de extrañar que estos 'lapsus' sentimentales también formen parte de sus vidas, la de ellos, la de los cantantes. Tras una dura guerra mediática, el culebrón Taylor Swift-Calvin Harris es un ejemplo de ello, sobre todo después de que él escribiera una canción en la que acusaba a la cantante de Shake it up, de haberle puesto los cuernos con su actual pareja, Tom Hiddleston. Algo a lo que ella ha hecho oídos sordos y ante lo que no ha vertido declaración alguna. Pero la propia Swift, que ha tirado de vivencias personales para inspirar sus letras en alguna que otra ocasión, un día también estuvo al otro lado y así lo cuenta en su Should've said No, presuntamente escrita para un joven llamado Sam Armstrong, una de sus primeras relaciones amorosas. "Dices que fue un momento de debilidad, le dijiste que sí, pero debiste decir no. Debiste pensarlo mejor", cantaba años después ya siendo famosa.

La cosa no termina aquí en esto de usar la música como arma arrojadiza contra quien un día te prometió amor eterno y rompió su promesa. El caso de Beyoncé es el más llamativo de todos, ya que la unión de la familia Carter ha sido una de las más envidiadas a nivel mundial, con una mezcla de marketing y talento digna de ser estudiada. Es por eso que con la llegada de su Lemonade, el último disco de ella se ha abierto la veda ante una realidad que ocupa toda la edición del que, dicen, es su mejor trabajo. Un disco en el que se dedica a dejar claro qué es lo que ha pasado exactamente en su matrimonio con frases demoledoras que aluden directamente al propio Jay Z y a una tercera en discordia, a la que apoda 'Becky', en alusión al típico nombre usado por muchas jovencitas americanas.

La desaparecida Amy Winehouse también hizo su aportación en esto de hablar sobre un tema tan delicado. En su popular Back to black contaba la historia de su novio, que había decidido regresar con su ex mientras ella se adentraba en la oscuridad. Algo que resultó tremendamente profético, dada la biografía de la actriz, que murió a los 27 años de edad, tras una vida repleta de vicios y excesos.

Un gesto arriesgado y vengativo, fruto de los sentimientos encontrados del momento, que pone en evidencia que en ocasiones la vida privada y la pública son imposibles de separar, aun a riesgo de acabar con la reputación del que un día formó parte de sus vidas.

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