No se imaginaba Fran Rivera que seguir una tradición familiar le podría costar tan caro. El diestro sevillano colgó el domingo por la noche una imagen en la que daba un pase a una vaquilla con su hija Carmen, de cinco meses, en brazos. Rivera presumía de haber hecho lo mismo que hizo su abuelo con su padre y su padre con él, pero lo que nunca pensó que la foto causaría tanta polémica en las redes ni mucho menos que el Defensor del Pueblo Andaluz mostraría su "absoluto rechazo a esta imagen y a lo que supone" y que analizaría el caso para una "posible actuación". De momento no sabe hasta dónde puede llegar su actuación ni si pueden poner a la Fiscalía en conocimiento de lo ocurrido.

Cuando Fran colgó la foto en su cuenta de Instagram sacó pecho bajo el hastag #orgullo de sangre. "Debut de Carmen. Es la quinta generación que torea en nuestra familia. Mi abuelo toreó así con mi padre. Mi padre toreó así conmigo y yo lo he hecho con mis hijas Cayetana y ahora con Carmen", dijo en el texto que acompaña la foto. Los comentarios que lo tachaban de "bárbaro" e "irresponsable" no tardaron en llegar y se contaban por cientos, lo que hizo que el diestro colocara en la misma red social una foto parecida en la que su padre toreaba con él en hombros, a la que añadió el siguiente comentario: "Se repite la historia. Viva la mejor herencia, el sentimiento, la pureza, honor". Tras el aluvión de críticas, el torero, lejos de pedir perdón, aseguró en las redes que está "feliz de haberlo hecho" y recalcó que hay "muchas más cosas peligrosas, que no voy a entrar en ellas, que están llenas de niños". "Jamás ha estado mi hija más segura. Soy torero por la gracia de Dios,vivo para esto y le dedico 365 días al año; ni por un segundo corrió peligro", añadió con posterioridad, subrayando que la repercusión que ha tenido este asunto le parece "ridícula" y "salida de madre".