Pasarela

Son Bond, chicas Bond

  • De Ursula Andress a Mónica Bellucci, de la primera amante del agente 007 a la última, ha pasado más de medio siglo y casi una treintena de mujeres, y todas tan hermosas como letales

Siete han sido los seductores que han llevado a la gran pantalla las aventuras de James Bond. Todos han aportado al agente secreto algo personal pero al final era el mismo patrón el que ha definido el trabajo de estos actores a lo largo del más de medio siglo de vida que ya suma la saga. El agente 007 es un tipo duro que muestra gallardía ante explosiones, persecuciones y que, sobre todo, tiene éxito con las chicas. Bond siempre está rodeado de mujeres. Rubias, morenas, más altas o bajas, voluptuosas o más bien menudas pero todas ellas con la sensualidad como característica común.

Hace unas semanas que aterrizaba en las salas Spectre, la última entrega con Daniel Craig como protagonista, y una pareja a su altura, o más, Mónica Bellucci, que se ha convertido en la primera cincuentona -y qué cincuentona- en conquistar a Bond. Bellucci quizá diste mucho de la primera chica Bond de la historia, Ursula Andress, la que dejara temblando al público masculino de 1962 en esa escena de playa en la que lucía un minúsculo bikini blanco y un cinturón en el que portada una navaja, pero ambas tienen esa... Magia. De la primera chica Bond a la última, todas enamoran por su mezcla de belleza, sexualidad e inteligencia. Las mujeres del 007 son tan hermosas como letales, tan enigmáticas como peligrosas.

La saga cumplió dos décadas de vida con el masaje de una desconocida (hasta ese momento) Kim Bassinger a Sean Connery y medio siglo cautivando con los rasgos exóticos de la francesa Bérénice Marlohe. Antes fueron compañeras de aventuras y cama Cary Lowell, Denise Richards, Jane Seymour o Halle Berry, que bañó su deseada piel oscura en las aguas de la gaditana playa de La Caleta con su ya famoso bikini naranja. Es sólo una pequeña representación de estas féminas profundas que pasarán a la historia del séptimo arte por desafiar, a su manera, la masculinidad del héroe. Las damas de la seducción son Bond, chicas Bond.

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