Pasarela

Los Alba, dignos herederos de su madre

  • Carlos, el primogénito y nuevo duque de Alba, mantiene la misma filosofía que Cayetana En el reparto de la herencia se ha respetado la voluntad de la duquesa

La duquesa de Alba fue una mujer con visión de futuro y lo demostró hasta el último momento. Antes de contraer matrimonio con Alfonso Díez quiso dejar repartida su herencia, y en julio de 2011 realizó el reparto de la mayoría de los bienes entre sus hijos. La Casa de Alba se gestiona a través de su Fundación y es el heredero, el actual duque de Alba, el principal beneficiario de todo el patrimonio para mantenerlo intacto y evitar que éste se vaya desperdigando, como se hace tradicionalmente en las grandes casas nobiliarias.

La filosofía de la casa de Alba llevada a cabo por Cayetana durante los años que estuvo al frente de ella fue la de apostar por la cultura, conservar y acrecentar su patrimonio y estar presente en todas las causas benéficas y solidarias en las que era requerida. Su asistencia a fiestas o eventos sociales tenían siempre un marcado interés y nunca se limitaba al carácter festivo. Cayetana consideró que ser Duquesa de Alba era su gran responsabilidad y, ese sentido, es el que ha transmitido a sus seis hijos, cada uno en su papel, y especialmente al mayor, Carlos, quien ha manifestado su intención "de seguir manteniendo los mismos lazos que tenía mi madre con Andalucía".

Ha pasado un año desde su muerte y, en este tiempo, ni sus hijos ni su viudo han querido conceder entrevistas a pesar de las numerosas peticiones que han recibido y han preferido estar en silencio en señal de respeto. La relación de Cayetana con los medios de comunicación siempre fue excelente, respetuosa y atenta y por eso en ocasiones recomendó a algunos de sus hijos que "intentaran ser más simpáticos con la prensa".

Su primogénito, Carlos, viaja ahora con frecuencia a Sevilla, donde ha presidido algunos actos en homenaje a su madre; también supervisa las obras que se están realizando en Dueñas para abrir al público como museo dentro de unos meses. Este palacio pasará a manos de Fernando, el hijo mayor de Carlos, que es ahora el heredero del título. Fernando recibirá la casa más querida de la duquesa de Alba, donde vivió algunos de sus momentos más felices y la que siempre consideró su hogar.

Alfonso, el segundo de los Alba, es el más discreto de todos y tiene un parecido extraordinario con su hermano mayor. Es un gran aficionado al flamenco y toca muy bien la guitarra, pero sólo en reuniones privadas. Jacobo, el tercero, era considerado "el artista" por su madre. Fundador de la editorial Siruela, vive en Cataluña con su esposa, la periodista Inka Martí. Fernando, el cuarto, soltero e independiente, comparte muchas amistades con su hermana Eugenia. Cayetano el menor de los varones, dio muchas alegrías a la duquesa por su curriculum deportivo como jinete y, en los últimos años, estuvo más unido a su madre, que le encomendó ayudar a su hermano Carlos dentro de la Fundación, papel que llevó a cabo siete años y que estuvo centrado, principalmente, en la gestión del campo. Eugenia, la sexta y única mujer, tiene la misma sensibilidad que su madre para los animales y las causas solidarias. Pertenece a la Fundación Pequeño Deseo desde hace más de diez años, donde colabora para llevar la alegría y la ilusión a niños con pronósticos de enfermedades graves. El lema de la fundación es "A veces cumplir el deseo de un niño es su mejor medicina"

Al fallecer Cayetana, el reparto de su herencia quedaba pendiente de una parte de su fortuna personal, entre las que se encontraban varias obras de arte, como el Renoir Mujer con sombrero de cerezas, así como mobiliario, joyas y otros enseres que han sido valorados por la casa de subastas Sotheby's en un millón de euros.

El 26% de la fortuna personal de la duquesa le correspondería a su viudo, que este mismo mes acaba de cumplir 65 años. A Alfonso le correspondería alrededor de 260.000 euros, más una pensión de viudedad. Él se ha instalado de nuevo en su piso de soltero del barrio de Chamberí y tiene pendiente parte de la hipoteca de la casa que compró en Sanlúcar de Barrameda, una cantidad de la que se haría cargo posiblemente el actual duque de Alba por expreso deseo de su madre.

Todos los hijos han respetado y aceptado la última voluntad de su madre y, aunque en un principio fue mirada con recelo la entrada en la familia de Alfonso, éste ha terminado ganándose el respeto de todos por sus dedicación y cariño hacia la duquesa en sus últimos años.

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