Pasarela

Un recuerdo a la duquesa en el aniversario de su muerte

  • Sólo tres de sus seis hijos asistieron ayer al funeral que se ofició en la iglesia de la Hermandad de los Gitanos Su viudo, Alfonso Díez, estuvo en todo momento junto a los hijos de Cayetana

Alas doce de la mañana y en la iglesia de la Hermandad de los Gitanos. Así se celebró ayer la misa del primer aniversario de Cayetana de Alba. De su familia directa asistieron tres de sus seis hijos: Carlos, el mayor, que llegó en coche y en compañía de Alfonso Díez, el viudo de Cayetana; Alfonso, el segundo de sus hijos, duque de Aliaga, y Fernando, Marqués de Cabeza de Vaca. Faltaron Jacobo, Conde de Siruela, aunque sí estuvo el hijo de éste, Jacobo, con su mujer Asela Pérez, y los dos pequeños, Cayetano, ingresado aún tras una operación y Eugenia, que se encontraba en EEUU.

El hermano mayor de Los Gitanos, José Moreno, y Julián León, fiscal de la Hermandad, recibieron a las puertas del templo a la familia. Una gran expectación rodeó la llegada del coche del Duque de Alba y él mismo, sereno, posó al lado del Alfonso y levantó los brazos para pedir calma: "no hay ninguna prisa", dijo.

La misa fue oficiada por el sacerdote Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, el mismo que casó a Cayetana en Dueñas con Alfonso Díez. Íntimo de la familia, aludió a la peculiar personalidad de Cayetana, de la que dijo "sigue estando con nosotros". "Ella era luz que iluminaba todo" dijo desvelando las facetas menos conocidas de la duquesa "siempre ayudaba a todo el mundo, y lo hacía en silencio: a la monjitas, a la familia que necesitaba una cocina, a todo el que se acercaba a pedirle ayuda…eran más las cosas que hacía calladamente que las que se conocían". Una homilía llena de cariño y admiración.

En la iglesia, los hijos de Cayetana y su viudo se sentaron en el primer banco, declinando la posibilidad de estar en cuatro sillones, como les había propuesto la Hermandad. Tanto los hijos como Alfonso prefirieron hacerlo todo con sencillez, como era la personalidad de Cayetana, y optaron por sentarse junto a los demás fieles. En el otro lado, también en primera fila, los grandes amigos de Cayetana, Carmen Tello y Curro Romero, con el doctor Francisco Trujillo y su esposa Mara. Entre los amigos de la duquesa estaban también la marquesa de Méritos, presidenta de la Academia de Bellas Artes, Isabel león, el escritor Antonio Burgos con su esposa Isabel, María Luisa Guardiola, Pepita Saltillo, Ana Abascal, Tomás Terry, los diseñadores Vitorio & Luchino, el arquitecto Diego Noguera con su esposa Mercedes Vázquez (hija del torero Pepe Luis Vázquez), Ramón O'Dogherty y Loli y Tere Reina, personal de Dueñas y de Liria. Asistieron también Juan Ignacio Zoido, concejal del Ayuntamiento de Sevilla, y la madrina de Eugenia, Mencía Fitz James Stuart,prima de Cayetana y madre de Javier Soto.

Antes de abandonar el templo, todos rezaron unos minutos ante la lápida donde descansan las cenizas de Cayetana, que estaba presidida por un gran ramo de rosas rojas que el día anterior había enviado su hijo Carlos en nombre de la familia.

La duquesa más popular, la que más momentos regaló a la prensa y también la que más amó a Sevilla, sigue estando presente en el corazón de los sevillanos.

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