Ha sido posiblemente su entrevista más sincera y personal y se ha hecho pública en una semana clave, la del primer aniversario de la desaparición de su madre, la duquesa de Alba. Cayetano Martínez de Irujo, que se recupera de una intervención intestinal, ha visitado el 'rincón de pensar' de Risto Mejide y se ha abierto a él como no nos tiene acostumbrados. Ante el presentador ha hablado de su "triste infancia", de la despedida de su madre, de los problemas familiares de los últimos meses y de Alfonso Díez. "Alfonso es excepcional. Y lo digo hoy en día. Como cada dos semanas con él, le adoro, es inteligente, sencillo y discreto. En todo momento ha acompañado a mi madre, la ha querido, ha sido un compañero como no hubiera tenido otro mejor. La ha hecho feliz en los últimos años de su vida, además siempre conciliador, siempre ayudando, siempre defendiendo...".

Así retrata el jinete al último marido de su madre, un cariño con el que desde luego no recuerda a Jesús Aguirre. "La época de Jesús fue dura para todos. Era un hombre solitario había sido jesuita, hijo único, no conocía lo que era una familia y nosotros éramos un poquito atípicos en todos los sentidos", ha contado a Risto. Y añade: "Nos reconciliamos en su lecho de muerte. Cuando murió sentí alivio y tristeza".

Con la voz entrecortada habló de su progenitora, a la que define como una "mujer justa", y de las desavenencias con sus hermanos por la herencia de ésta: "Se ha reducido bastante por una cuestión familiar, es duro aceptar que el mayor (refiriéndose a su hermano Carlos, actual duque de Alba) se lleva la mayoría y todo lo más importante. Entiendo el sentimiento que se ha tenido, pero es el primogénito y le ha tocado a él".