Pasarela

60 años sin James

Se podría afirmar que James Dean fue tipo sin suerte, casi desgraciado. Podrá sonar a disparate pero razones para pensarlo hay. El tormento que acompañó siempre a sus personajes cinematográficos bien pudo encontrar inspiración en sus vivencias, ya que su madre murió de cáncer cuando tenía 9 años y su padre se desentendió de su cuidado. A su amiga Elizabeth Taylor le confesó que había sufrido abusos por parte del pastor de su iglesia y esto le marcó para siempre. Para colmo, cuando había logrado triunfar como actor -el sueño de su vida y para lo que se había preparado con ese ímpetu que le caracterizaba- encontró la muerte de la forma más trágica. En la intersección de dos autopistas estatales, la 46 y la 41, cerca de la localidad de Cholame (California), a unos 300 kilómetros al noroeste de Los Ángeles y en torno a las 17:45 horas del 30 de septiembre de 1955, se produjo el choque frontal entre su Porsche 550 Spyder plateado, al que llamaba cariñosamente 'Pequeño Bastardo', con un Ford Tudor blanco conducido por un joven estudiante llamado Donald Turnupseed, que salió prácticamente ileso de la colisión. Junto a Dean, en ruta hacia una carrera de coches en Salinas, viajaba el mecánico alemán Rolf Wütherich, que salió despedido del vehículo. Resultó herido grave, pero tras recuperarse jamás habló sobre el accidente. Dos horas antes del choque habían sido multados por exceso de velocidad. Ese día, a esa hora, se fue el rebelde de América, como fue bautizado por Ronald Reagan, pero nació un mito, la leyenda. Sólo tenía 24 años y había pasado sólo una semana desde que Alec Guinnes le había advertido de la locura que era circular con un vehículo de ese color que se camuflaba con la carretera.

Todos conocen al personaje pero muy pocos al ser humano que se reía con Sara Montiel cautivando al resto con su imagen sensualmente descuidada. Esa belleza que ha quedado congelada en el tiempo y esa actitud rebelde y desafiante a la par que vulnerable y angustiosa que definiría a la juventud de la posguerra. Cuando se fue sólo había hecho tres películas, aunque únicamente una había llegado a los cines: Al Este del Edén. En cambio sí tenía una trayectoria televisiva bastante intensa de la que casi nada ha transcendido, por eso de que la tele se hacía en directo por aquel entonces. Antes de adentrarse de lleno en Hollywood, fue en la pequeña pantalla donde daría sus primeros pasos en representaciones teatrales como A Long Time Till Dawn, Run Like a Thief o General Electric Theater: I'm a Fool.

Le hubiese gustado verse en Gigante y en Rebelde sin causa pero ambas se estrenaron tras su fallecimiento. Cuando, eso sí, ya era considerado un mito. Quién se lo iba a decir a ese joven que vivió hasta los 18 en la granja de sus abuelos y que consiguió estudiar interpretación en Los Ángeles. Allí fue escogido de entre más de 300 alumnos para dar vida a Malcolm en la obra de teatro Macbeth. Un logro para este entusiasta incansable que vivió y murió acorde a su propia filosofía y que dejó para la posteridad frases como "sueña como si fueses a vivir para siempre y vive como si fueses a morir hoy".

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