Pasarela

Precisión romántica

  • 'Baristas' estudiantes convierten en un 'show' la elaboración del expreso y capuchino

Mezcla de tensión y placer con sabor a café. Ese fue el ambiente en el hotel Le Meridien, en Barcelona. Allí se celebró la Final del Maestro del Espresso Junior, en la que resultó ganadora María Victoria Lozano. El café es uno de los productos más consumidos a diario, pero en España falta mucho por recorrer para saber apreciar el trabajo que hay detrás de una buena taza. Para reivindicar la cultura del café Illycaffè y Spaziale. han organizado la decimosegunda edición de este concurso en el que han participado jóvenes de las Escuelas de Hostelería de España y Portugal. Como dice Massimo Saggese, Director General de Illycaffè en España y Portugal, "7 gramos de café bien transformados pueden generar una sonrisa" y esa es la premisa de la marca, presente cada día en más de 6 millones de tazas de café.

Entre los 24 finalistas del evento ha habido representación andaluza: los sevillanos Rafael Repetto, del IES Heliópolis, Sandra Gea, del IES Atenea, y Antero Cuadrado, de la Escuela Superior de Hostelería de la capital andaluza; y Gonzalo Pazos, de la Escuela de Hostelería de Jerez. Gonzalo y Antero, para quienes esta ha sido la primera vez en una competición de café, reconocieron que "llegar a Barcelona ha sido un logro y una gran experiencia". Por su parte Rafael y Sandra destacaron la gran oportunidad que ha sido formar parte de este certamen en el que se vive la versión más romántica de la bebida.

Los cuatro baristas andaluces demostraron pasión y profesionalidad en los diez minutos que tenían para presentar ante el jurado dos espresso y dos cappuccino. Tiempo que a algunos se les quedaba corto aunque a quienes acostumbramos a ir con prisas a las cafeterías nos parezca demasiado. Es inimaginable el ritual que hay detrás de un café con sabor, textura y temperatura perfectos. El primer paso es conseguir el punto de molienda del café, para lo que los concursantes destinaban unos cinco minutos. A continuación tenían que seleccionar la dosis necesaria para extraer en un tiempo determinado el volumen de café en taza. Debían tener en cuenta la definición que Illycaffé hace del espresso, en la que marcan tiempos y cantidades: "Una preparación de 30 mililitros de café en taza cubiertos por una crema densa, persistente y de color avellana que se consigue gracias a la presión de 9 atmósferas con agua a una temperatura de 90 grados durante 30 segundos a través de una molienda de 7 gramos de café".

Tras los espresso elaboraron los cappuccinos, donde la importancia reside en montar la leche. Fue aquí donde los jóvenes, que han pasado meses preparándose para la competición, demostraron más nivel. El momento de mayor emoción fue cuando los cuatro mejores volvieron a dar cuenta de sus dotes de baristas ante el jurado. En el Longitude Bar el tenso silencio solo lo rompía en las pruebas el sonido del molinillo y la máquina de café. Pese a los nervios los candidatos superaron el reto y convirtieron sus elaboraciones en un espectáculo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios