Pasarela

El secreto mejor guardado de Sara

  • Nunca desveló que tuvo una hija fruto de una fugaz relación con Ramón Mercader, el comunista que mató a Trotsky. Le dijeron que había nacido muerta y luego fue dada en adopción.

Sara Montiel se fue a la tumba sin desvelar el que sin duda fue el gran secreto de su vida. Su mayor tragedia. Según ha desvelado esta misma semana una de las personas que mejor la conocía, José de la Rosa, su peluquero durante las últimas cinco décadas y amigo personal de la artista desde su juventud, Sara Montiel fue también víctima de una trama de niños robados, pero no en España sino en México. Según ha asegurado el estilista a la revista Lecturas el drama de Sara se produjo en su adolescencia, cuando comenzaba hacer carrera en México tras el triunfo de su última película, Locura de amor. Fue precisamente allí donde tuvo un fugaz romance con un destacado líder comunista español, del que quedó embarazada. Su gestación fue ocultada y tras un parto complicado, nació por cesárea una hija que, según le dijeron los médicos, había nacido muerta.

A consecuencia de ese parto, a Sara tuvieron que extirparle el útero, dando así por perdida cualquier posibilidad de ser madre biológica a lo largo de su vida. La joven Sara continuó con su carrera como si nada de aquello hubiera pasado, tanto es así que en España nunca se supo nada de aquella relación ni por supuesto de su embarazo. Según explica José de la Rosa, con el paso del tiempo, Sara tuvo conocimiento de que aquella hija que los médicos dieron por muerta, en realidad había sido dada en adopción a una familia española y que vivía en Valencia. Nunca llegó a conocerla, al menos que se sepa, porque para ella sus únicos hijos fueron Thais y Zeus, los niños que adoptó con el que sin duda fue el gran amor de su vida, Pepe Tous. Sara tuvo que recurrir a la adopción para hacer realidad su sueño de ser madre, aunque en ningún momento trascendió a la opinión pública que había tenido una hija biológica, ni siquiera lo contó en sus polémicas memorias.

A quien sí se lo había dicho, además de a su hermana Elpidia, que siempre fue su fiel confidente, fue al periodista Carlos Ferrando, que tras la publicación de esta noticia en Lecturas, ha saltado a la palestra contando más detalles de aquella relación oculta. Según asegura ahora Ferrando, el padre de aquella niña fue Ramón Mercader, un catalán comunista que fue conocido por ser el asesino de Leon Trotsky, el líder soviético que se encontraba exiliado en México desde finales de los años 20. De él, una vez Sara comentó: "Sí, mató a Trotsky, pero malo no era". Ramón Mercader tenía 27 años cuando, después de enamorar a la hermana de la secretaria de Trotsky, consiguió entrar en el despacho del líder soviético y le quitó la vida clavándole un piolet en la cabeza, lo que le llevó a estar encarcelado durante 20 años. Teniendo en cuenta las fechas, está claro que el comunista catalán enamoró a Sara mucho antes de ser un asesino. Mercader estaba considerado uno de los mejores agentes secretos de Rusia, una vida de película que seguro fue lo que encandiló a la diva manchega.

 

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