Su último disco le puso el listón demasiado alto y quizá por eso Francisco Javier Labandón no se ha conformado con mantener la esencia de El Arrebato y ha querido dar un giro a su trayectoria con La música de tus tacones, un disco que se encuentra promocionando esta semana en Andalucía (hoy en Huelva y mañana en Málaga) y en el que muestra su lado más rockero.

-Regresa con un disco diferente. ¿Cómo cree que lo aceptarán sus seguidores?

-Espero que sorprenda para bien, porque mantiene la esencia de El Arrebato pero con un traje nuevo que espero que guste. Quería vivir otros paisajes musicales; recuperar el rock de Scorpions o Triana, que tanto me gusta. Me apetecía dar este giro y creo que será bueno para El Arrebato. Es una apuesta de valientes que creo va a sorprender.

-Pero siempre manteniendo el flamenco como hilo conductor.

-Es mi forma de ver y entender la música. Me he criado a medio camino entre Cádiz y Sevilla y no entiendo la música de otra forma.

-Campamento Labandón, su anterior disco, ha estado tres años de gira. ¿Le ha puesto el listón demasiado alto o, por el contrario, su pausa ha dejado al público con más 'mono' de Arrebato?

-Es cierto que Campamento Labandón fue un éxito. Fue disco de platino y nunca pensamos que se mantendría tanto tiempo. Funcionó muy bien. Y espero que el de ahora también sea así. Tengo buenas vibraciones con este disco y confío en que gustará mucho. La apuesta es arriesgada, pero en un tiempo como el que vivimos ahora toca ser valientes.

-Cuando se hace un paréntesis como el que ha hecho usted, ¿cuesta más retomar el trabajo o hay más momentos para la inspiración?

-Creo que en este tiempo he sido menos prolífico a la hora de componer, pero he estado más inspirado. Antes solía elegir los temas entre 30 ó 40 canciones; en éste, en cambio, he tenido que decidirme entre 17 o 18. Creo que he cambiado la cantidad por la calidad. He compuesto canciones casi de corrido; parecían que estaban ahí de toda la vida y me han salido del corazón. Serán los años...

-Hombre, la experiencia se debe notar. Sus inicios se remontan a finales de los 80, mucho antes de El Arrebato. Por cierto ¿tiene algo que ver la industria de la música de ahora con la de sus primeros años?

-Por supuesto que no. Se han dado unos giros muy bruscos, primero para bien, después, para caer en picado. Ahora parece que estamos volviendo a esa primera época, cuando costaba tanto grabar un disco. Y eso es perjudicial, sobre todo, para los que comienzan, porque se quedan muchos talentos por el camino. Luego las promociones: antes salías en una tele y todo el mundo te veía; ahora te tienes que promocionar en 33 para que te vea alguien.

-Hablando de tele. Hay que ver el mal rato que pasó el otro día cuando Judith, la niña de La Voz, intentó colocarle la pasada del Betis...

-(Risas). No veas el apuro que pasé. Intenté ser diplomático, pero me puso en un aprieto que no veas. Porque si me la pongo, se cabrean los sevillistas y, si no, los béticos. Pero que conste que mi una de mis mayores fans es bética, ¿eh?

-Por último, después de tantos años llenando conciertos y vendiendo discos, ya tendrá llenita la nevera, ¿no?

-(Risas) Con cuatro hijos, ahora lo que tengo es que cerrarla, porque en un día me la dejan temblando. Ahora sí la tengo llena, pero no veas el trabajito que me cuesta.