Pasarela

Los secretos de Hillary Clinton salen a la luz

  • 'Vanity Fair' revela el contenido de los diarios de la mejor amiga de la dirigente, la fallecida Diane Blair,

Desde que el matrimonio Clinton conoció a Diane Blair en los años setenta, ella se convirtió en su mejor amiga. Él se estaba preparando para ser gobernador por el partido demócrata, Hillary se acababa de licenciar como abogada en la prestigiosa Universidad de Yale y Blair daba clases en la Universidad de Arkansas. Por ello, cuando Bill Clinton conquistó la presidencia de los Estados Unidos en 1993, y con él su prestigiosa primera dama, no estuvieron solos. Diane Blair los acompañó en todo momento e incluso estuvo con ellos la primera noche en Washington.

Diane se fue convirtiendo sin quererlo en una historiadora no oficial, pues captaba todo lo que ocurría detrás de las puertas de la Casa Blanca, siempre desde la versión de Hillary. Ella fue la que escuchó de la boca de la primera dama cómo estaba viviendo los primeros años de la presidencia de su marido, cómo sufrió con el escándalo Lewisnky y cómo se despertaban sus propias aspiraciones políticas, lo que hizo que años más tarde, en 2008, presentara candidatura a la presidencia de los Estados Unidos.

Mientras Hillary mantenía conversaciones informales con Diane Blair, ésta iba tomando notas que ahora toman el aspecto de varios documentos escritos a máquina y con anotaciones en los márgenes. Diarios a punto de publicarse carentes casi de forma, pero no de contenido, tal como va a ofrecer la revista Vanity Fair.

En ellos Hillary defiende a su marido en su relación extramatrimonial con la becaria Mónica Lewisnky, a la que acusa de ser una "loca narcisista". De él dice que "fue un comportamiento horrible e inapropiado, sí, pero no importa lo que diga la gente, fue consensuado", y también apoya su labor como presidente al margen de su vida personal.

También opinó Hillary sobre lo que se pensaba de ella fuera de la Casa Blanca: "Soy una mujer orgullosa. No soy estúpida. Sé que debería hacer más por complacer a la prensa. Sé que debería aparentar que no tengo opiniones, pero no lo haré". Catorce años después de la muerte de Blair, su testimoino está a punto de ver la luz.

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