Pasarela

Cuando tradición y vanguardia se unen entre continentes

  • Los cantantes turcos se amoldan a las nuevas tendencias de la industria musical, pero sin perder de vista los ritmos que caracterizan al país oriental

Turquía, encrucijada en la Historia y en la geografía, uno de los países musulmanes más occidentalizados del mundo, en un frágil equilibrio. Por eso no es de extrañar que en su música se produzca una mezcla casi inigualable: La tradición de Oriente Medio más pura con las últimas tendencias de la industria. Los ritmos de instrumentos como el saz, el tar, el kemenche, el zurna, el kaval, el tulum o el davul sirven de base a guitarras eléctricas, teclados y bajos; a temas y tempos de rock y pop que podrían escucharse en cualquier parte del planeta.

La unión de lo oriental y lo occidental da como resultado canciones pegadizas que cantantes como Tarkan se encargan de popularizar. Aunque nació en Alemania, es de origen turco y, de hecho, es tan querido en el país que es llamado El Príncipe del Pop Turco. Su popularidad creció a raíz de la canción Simarik (Consentida), aunque es más conocida como 'la canción del beso', debido a los dos que suenan durante el tema. Tan famosa se hizo que su colega marroquí Hakim (afincado en España), realizó una versión en español titulada La muchacha turca. Tarkan ha seguido cosechando éxitos y hace que Turquía y parte de Europa, donde cada vez suena más, baile al ritmo de su Ask Gitti Bizden (a día de hoy es su vídeo más popular en YouTube), Firuze o Hop De.

Quien también conoce el poder de las redes y de la internacionalización es Can Bonomo. Aunque desde los ocho años tocase la guitarra y a los diecisiete comenzase su carrera como productor de sonido en Estambul, el 2012 fue la fecha que cambió su vida para siempre: Eurovisión y la fama llamaron a su puerta. El tema elegido para encumbrarlo, Love me back, con el que consiguió un alto séptimo puesto. Pero el artista turco sabe que no puede vivir eternamente de una única canción, por eso ha puesto todas sus esperanzas en Olmaz Sensiz, en cuyo videoclip Bonomo hace distintos selfies que comparte en redes sociales. Un guiño a la modernidad, dejando claro que Turquía no está aislado del resto del mundo.

Esa misma imagen cuidada y mirando a Europa y América es la que tiene Gülsen Bayraktar, una cantante, compositora y modelo de treinta y ocho años que mantiene una apariencia tan juvenil como la mismísima Miley Cyrus o Lady Gaga. Porque precisamente en ellas se inspira esta artista turca, haciendo videoclips que parecen mezclas de las anteriores: es el caso de Irgalamaz Beni, que ha llamado la atención de muchos internautas por contener una escena muy similar a la de la bola de demolición de Wrecking Ball y coreografías como las de Gaga. Eso sí, con bastante más ropa que sus colegas americanas para mantener la decencia.

Musicalmente Turquía se occidentaliza cada vez más. Y no deja de resultar refrescante que, aunque se amolden a las tendencias musicales del momento, estos artistas no pierdan de vista las señas de identidad que les hacen únicos.

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