Roberto Leal es uno de esos periodistas incansables para los que todo trabajo es poco. Colabora en Espejo Público desde hace cuatro años, y un año más se queda sin verano. A él parece no importarle mucho, ya sea porque pudo coger unos días de descanso antes de que comenzara la época estival o porque habla con una alegría y una vis cómica extraordinarias. Asegura que aprendió a cocinar gracias al trabajo que realizó en España Directo , donde fue un reportero pionero, y ahora está aprendiendo lo que supone trabajar con mucha tensión. Fuera del trabajo, se muestra como un andaluz de pura cepa, de los de siesta y playa concurrida, y muy apegado a su Alcalá de Guadaira natal.

-Otro año más se queda sin verano por Espejo Público. ¿Cómo es su rutina cuando tiene que trabajar en verano?

-Me levanto sobre las cinco y media porque a las seis tenemos la primera reunión, grabamos y luego tenemos la reunión posterior, que acaba sobre las dos y media. Llego a mi casa, como algo y si puedo duermo la siesta. El buen andaluz es de buena siesta, pero es que también es buen madrugador. Luego salgo a hacer deporte un rato e intento no meterme en la cama más tarde de las once y media, pero nunca lo consigo.

-¿Cómo consigue llevar ese ritmo?

-En primer lugar cuando me levanto me lavo la cara con agua muy fría para que se me ponga la piel como a Elsa Pataky (risas), y me tomó tres cafés durante toda la mañana. En Espejo Público no se puede bajar la guardia, hay que mantener el ritmo siempre.

-Es una rutina complicada... ¿Su chica la lleva bien?.

-Sí, porque aunque está de vacaciones ella es periodista igual que yo, así que entiende perfectamente cómo es esto. A la hora de la siesta ella tampoco está muy activa, pero a eso de las diez y media de la noche cuando yo empiezo a flaquear y ella quiere ver series... aguanto diez minutos.

-¿Le gusta ver la tele?

-Sí que la veo, a mí la tele me gusta, y cuando puedo me gusta ver programas que me hagan descargar, porque en el mío se acumula mucha tensión y es un programa a veces duro. Me gustaba mucho ver Aída, otras series cómicas, Zapeando, El Hormiguero... que tenga que pensar poco y me sorprendan. Ayer por ejemplo estuve viendo El club de la comedia. Te podría decir que veo documentales, pero es que a las tres de la tarde no puedo.

-¿Qué hace Roberto Leal en verano cuando no tiene que trabajar?

-¡Es que yo no conozco un verano sin trabajar! Llevo en Espejo Público cuatro años, y cuatro que llevo trabajando en verano. Este año me siento un privilegiado por primera vez porque pude cogerme dos semanas de vacaciones antes de que empezara el verano. Y menos mal, porque así estoy más fresquito.

-Cuando descansa en verano, ¿le gusta perderse o es más de playa masificada?

-Me gusta la provincia de Cádiz, y no me gusta perderme entre otras cosas porque no huyo de las fotos. Nunca me han hecho fotos en la playa, y si me las hacen va a ser muy gracioso porque me van a ver con mi nevera y mi balón hinchable. Siempre voy a las playas andaluzas porque aquí tenemos un Caribe. Aunque a veces necesitamos que no nos conozca nadie, y para eso no valen determinadas playas. Cuando quiero desconectar de verdad me voy a una casa rural.

-¿Por qué Cádiz?

-Porque lo único malo que tiene, la única lotería, es el levante. Vas allí, sale un día de levante y a no ser que tengas que volar una cometa te vas de bares.

-¿Qué es lo mejor del verano?

-Cuando ya ha pasado el calor y llega la hora del fresco, que sales a dar una vuelta y ves a las mujeres en la puerta. Yo ahora no tengo oportunidad de verlas porque aquí en Madrid no se sientan en los portales. Otro momento es cuando te sientas por la tarde, te comes tu tajada de sandía y sabes que va a empezar la siesta.