Son seguidas por los paparazzi allí donde vayan, todo lo que tocan lo convierten en oro y son admiradas y odiadas a partes iguales. Gracias a ellas, medio mundo ha añadido a su vocabulario el término it girl, ese concepto que engloba a esas chicas que se convierten en iconos de tendencia. No solamente por ser ricas o famosas, sino por poseer algo especial, un halo de carisma aparentemente natural (o al menos se esfuerzan en que así parezca) que las convierten en el foco de todas las miradas.

Todas estas jóvenes se caracterizan por destacar sobremanera en el mundo de la moda. Si bien lo que realmente les da el estatus de icono (que les hará prevalecer a lo largo del tiempo y marcar una época) es su personalidad y las labores profesionales o humanitarias que realicen, no deja de ser cierto que muchas de ellas son admiradas por cuestiones puramente estéticas, ya que los fotógrafos las captan en las alfombras rojas y diversos eventos a los que acuden.

Sin embargo, todas las it girls son mortales y, por supuesto, tienen un pasado quizás no tan glamouroso como su presente dorado. Por ejemplo, la actriz Sarah Jessica Parker, conocida por dar vida a la fashionista Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York, tuvo un pasado estilístico de lo más complicado: solamente hay que ver imágenes de los años noventa para darse cuenta de que, efectivamente, interés por la moda existía, pero el camino hasta convertirse en lo que es hoy ha sido cuanto menos lleno de baches. Incluso las mejores tropiezan.

Lo mismo le pasa a la española Paula Echevarría, cuyo blog es uno de los más visitados del país. Sus inicios en series televisivas como 7 vidas, Compañeros, Al salir de clase o El comisario mostraban a una joven que empezaba a forjar su futuro como actriz, pero a la que todavía le faltaba mucho para refinar su estilo: el pelo rizado con flor rosa y el pantalón pirata blanco aderezado con tobillera de bisutería y piercing en el ombligo no es el mejor look de Echevarría. Pero su belleza natural es indiscutible, al igual que el hecho de que la actriz ha sabido explotarla y lucirla con el paso de los años.

Precisamente esa belleza natural es la que siempre ha poseído una de las it girls por excelencia: Kate Moss. Desde que la descubrieran siendo casi una niña, no ha dejado de trabajar en moda a pesar de los numerosos escándalos que han rodeado siempre su vida, tanto privada como profesional. Pocos son los patinazos estéticos que se pueden encontrar de la modelo (trabajar en la industria siempre ayuda) y los años han mostrado cómo poco a poco ha madurado y abandonado esa imagen de niña dulce e inocente para abrazar primero una más rebelde y rockera y, posteriormente, una más serena y chic. Pero siempre con la naturalidad por bandera y sin importarle (al menos en apariencia) lo que los demás piensen sobre ella.

Un poco más debe importarle a la actriz y también it girl Blake Lively, esposa del actor Ryan Reynolds. Su salto a la fama sucedió tras meterse en la piel de la popular chica del Upper East Side Serena Van der Woodsen y el peso que tenía en la serie la moda (y en su personaje) la siguió hasta fuera de la pequeña pantalla, haciendo que se sometiese a una operación de cirugía estética para 'mejorar' el aspecto de su nariz. A pesar de ello, Lively ha conseguido ser una de las más copiadas a la hora de vestir y siempre deslumbra en la alfombra roja.

Igualmente imitada es Alexa Chung, una veterana en este tipo de listas. La presentadora y periodista de moda aprendió rápido y abandonó su melena larga de adolescente para abonarse al pelo corto con flequillo que tanto le favorece; una rapidez que no tuvieron las hermanas Olsen, que han tardado más en encontrar su estilo, con el que siguen experimentando.

No es oro todo lo que reluce, pero con el paso de los años estas chicas han conseguido brillar con luz propia.