Gatos que saltan y se caen, bailes con canciones pegadizas que alcanzan millones de visitas, bebés que se ríen o bromas de cámara oculta. Todos ellos son vídeos muy comunes en Youtube, una de las webs 2.0 más conocidas en todo el mundo, y se han convertido en fenómenos virales que han hecho que las personas que los subieron hayan ganado unos ingresos extra o, en el mejor de los casos, se hayan hecho muy conocidas.

Pero entre toda esta amalgama, una tendencia comienza a hacerse cada vez más fuerte: las youtubers de moda y belleza.

Estas chicas, con edades que van desde los dieciocho hasta más de los treinta años, se están haciendo dueñas de la red y compaginan sus trabajos con el de la subida de vídeos a sus canales, que en la mayoría de los casos tratan de un modo totalmente profesional. Aunque, por supuesto, todo comienza con una subida casi casual, por puro placer y afición, de una filmación de baja calidad realizada en un rincón de una de las habitaciones de su casa (normalmente, el dormitorio de ella); el tratamiento de edición es casi inexistente y las claves de optimización del vídeo no se conocen. Todo está impregnado de la inocencia de las primerizas y de quien únicamente quiere compartir una afición.

Pero, si ya hace años sucedió con el fenómeno blog, el añadido del componente audiovisual era la pieza que faltaba para el éxito: ¿quién no confía más en algo que oye y ve que en algo que lee? Si precisamente lo que hace triunfar a estas gurús es la credibilidad que le otorgan sus seguidores, ésta se verá reforzada por el carisma de la persona, algo que es más fácil transmitir con gestos y voz que con un texto escrito.

Otro de los secretos de las youtubers, además de temas agradables y atractivos como consejos de moda, maquillaje o manualidades (Do It Yourself en la jerga), es que han conseguido dar con un tipo de vídeo de fácil consumo: los tutoriales. Así, en menos de siete minutos, al menos como media, consiguen explicar de una forma muy sencilla y rápida cómo conseguir que sus ojos parezcan más grandes con sombras, cómo contornear el rostro o cómo aplicar correctamente la base de maquillaje; también cómo customizar una camiseta vieja, hacer adornos de decoración para sus dormitorios o cómo ordenar correctamente el armario.

Su cercanía, frescura y la viralidad que permite el vídeo han hecho de algunas de ellas auténticas celebrities en el mundo online, contando con millones de seguidores en sus canales. La más conocida y que se alza con el primer premio en cuanto a números es Yuya, que tiene más de 7.164.000 suscriptores que siguen sus hazañas cada semana. Hasta tal punto llega la fiebre por la mexicana que el simple hecho de colgar un tuit con la palabra "hola" en dieciocho minutos provoca 118 retweets y 261 favoritos de su familia guapura, como ella llama cariñosamente a sus seguidores.

Más 'modestos' son los números de Zoella, con más de 5.000.000, Pixiwoo, con más de 1.600.000, los de Jenn, de Clothesencounters, con más de 985.000; Aishawari, que baja hasta los 140.736 o el canal de Happy Sunny Flowers, que supera los 150.000. Cifras muy diversas entre sí pero que esconden detrás a unos fans muy fieles que son una auténtica mina de oro para las empresas de publicidad y marketing, por lo que empresas de partners, como Style Haul, se dedican a acoger esos canales para gestionar la monetización de los vídeos y ayudarlos a crecer y aumentar sus ingresos, para que así incluso puedan llegar a vivir de ello. De hecho, esta empresa en concreto cuenta en su lista con más de 4.200 canales a los que representa ante anunciantes, muchos de ellos con unas cifras astronómicas (como las de Zoella).

Consejos sencillos, divertidos y útiles que chicas y mujeres de todas partes del mundo comparten con sus seguidores y cuya pasión las ha llevado a hacer de ello un negocio muy peculiar y todo un fenómeno en la red. Una confirmación más de que el audiovisual es presente, futuro y sinónimo de éxito.