Viernes Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Viernes Santo en la Semana Santa de Cádiz 2024

LAS aventuras y desventuras del delphinato nos han deparado un nuevo movimiento gaditano, el onlaismo, que unido al croqueteo y el derrotismo se van a convertir en tres de las principales aportaciones de la I+D gaditana al acervo universal. Hasta el momento el croquetismo (gañotismo, valvuleo) era consustancial con el gaditano, una seña de identidad, un endemismo, de la misma forma que lo es el derrotismo, ese espíritu cáustico, escéptico, casi cínico. Ahora hemos unido a estos el onlaismo , una aportación sustancial de Cádiz para el mundo. El onlaismo es casi una derivación gaditana de aquello de Cruz y Raya "no es por no ir, si hay que ir se va, pero ir pá ná es tontería". Lo explicaba muy bien el representante de UGT "¿cómo vamos a meter en aulas a gente de más de 40 años?". El hombre hizo la excepción de los cursos de soldadura, que hasta nuevos avances de la tecnología, necesitan eso que los finos llaman cursos presenciales. O lo que toda la vida de Dios se ha venido en llamar cursos a secas. Así que salvo la soldadura el resto se hará on-line o, como él mismo dice, onlai. Es decir, los 500 recibirán en su casa 1.200 boniatos por una formación sin salir de su domicilio. En este justo estipendio va incluido un plus para hacer frente a los gastos informáticos. Así que tenemos a todos los antiguos operarios de Delphi que no han conseguido aún empleo en sus casas pendientes del ordenador. Eso sí, dedicados en cuerpo y alma a la formación, que para eso cobrarán su paguita 18 meses más. Nada que ver con la fama de flojos que tenemos los gaditanos gracias a las aportaciones de algún humorista y algún chirigotero. Nada que ver con la injusta fama de absentistas de los antiguos trabajadores de Delphi. Esto es tecnología punta, nuevas tendencias, el signo de los tiempos.

Ya que hemos inventado el onlaismo para los antiguos trabajadores de Delphi lo podríamos extender a otros ámbitos de la vida social. Por poner un ejemplo, los pregones de Semana Santa: nos ahorraríamos un dinero en la parafernalia tenebrista que tanto gusta en este sector y, encima, se consumirían menos velas. La propia Semana Santa podría ser onlai: los pasos darían una vueltecita sin salir de su templo y todos lo veríamos en nuestro ordenador, nuestro iPad, nuestro iPhone o nuestra Blackberry. No estaría el suelo lleno de cera, que tanto disgustaba al difunto Doctor Fuentes. No habría por las calles alfombradas de cáscaras de pipas, bolsas de plástico, vasos vacíos, botellas de Cruzcampo y otros subproductos de la devoción y la plegaria de la Semana de Pasión. En la política igual: ¿para qué hacer campañas si lo podemos hacer onlai? Nos evitamos esos mamarrachos de carteles pegados a las paredes, folletos variados y demás consumo de papel que significan bosques talados sin ton ni son. Incluso podríamos votar onlai. Para el carnaval se me hace más difícil porque el Falla es una excusa para tomarse unos vasos con los colegas y la calle es otra excusa para más vasos, si acaso con una delicatessen de la Tere con su Tartana. En fin, que los usos del onlaismo pueden ser variados y todos de gran interés. Cádiz en vanguardia.

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