De poco un todo

Enrique García-Máiquez

Lo cursi y lo cutre

EN Youtube, tecleando "Coca-Cola light poetas", verán un anuncio estupendo. No estoy haciendo publicidad de la bebida, que no la necesita. El anuncio pide desesperadamente otra cosa: poetas, que buena falta nos hacen. En concreto, poetas malos, pero muchos. A mí ("como es lógico", apostillará alguien) me ha parecido de maravilla.

Para pedir poetas a puñados, el anuncio hace una defensa acérrima de lo cursi. Acérrima, y muy inteligente. El poema del anuncio sería igual de cursi, por supuesto, si la musa que lo inspira fuese menos guapa, pero resultaría menos convincente. Primera muestra de inteligencia. La segunda es que al poema del enamorado, enseguida se le sobrepone una voz en off que recita un poema de Fogwill, el famoso y no tan malo poeta argentino. Tercera muestra, acortan el poema original de Fogwill, que peca de prolijo. Cuarta muestra y definitiva: el anuncio narra el primer ataque de vergüenza ajena de la musa, la heroica insistencia (siempre tan necesaria) del poetastro y, poco a poco, el interés y, más aún, el deslumbramiento y, al final, el arrobo y, todavía antes de acabar, la deliciosa risa de la chica… Se le dota, pues, de un hilo narrativo y, lo que es más importante, de un temple épico. Para cuando estallan sobre nosotros las diez mil flores del poema, es difícil no estar conmovido.

Estrategias narrativas aparte, esa defensa de lo cursi, de los sentimientos sencillos y empalagosos, de las cosas pequeñas ("el autito", se señala), del orgullo por poca cosa (por "un poema impublicable", se concreta), de la rima ("miel con piel", dice él) es urgente. Con el miedo a lo cursi, podemos acabar con la cultura, con las buenas maneras, con la delicadeza, con el amor incluso. Josep Pla, que de melindroso no tenía un pelo, advertía de que "el amor sin puerilidad es un mero contrato". Los ingleses, en estos casos, ponen el ejemplo de aquel al que, de tanto lavar al niño, se le acabó escurriendo por el sumidero. Con tanta defensa de la naturalidad, estamos cada día más bestias y cutres. No hay más que encender la tele o escuchar un poco desde fuera nuestras propias conversaciones.

Alguien un punto pedante afearía al anuncio que los poetas que pide sean malos. ¿Y qué esperaba? La poesía buena es escasísima, un milagro, y no se puede pedir así como así en un anuncio de Coca-Cola light. Además, para que salga un poeta bueno, conviene mucho que haya un caldo de cultivo. Si el anuncio tuviese éxito y subiesen los índices de producción de poesía, las novias y los novios se sentirían muy halagados con los poemas malos (esperamos que, además de impublicables, impublicados) que les recitasen al oído; pero encima, por puro cálculo de probabilidades, saldría de entre ellos alguna obra extraordinaria, que también nos interesaría al resto. Como no va a salir nunca de ninguna manera es si seguimos hablando sólo de fútbol y de Zapatero.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios