OTRA trifulca, que no la última: unos derrotistas -pocos, desde luego- han lanzado la infamia de que la película Knight & Day se ha rodado aquí sólo para que Teófila se haga la foto con Tom Cruise (Tom Cruyf en Cádiz). Menos mal que una concejala ha respondido heroicamente a esos tipejos: "Atacar a Teófila es ir contra los intereses de Cádiz", ha dicho. Un comentario político, incluso literario, destinado a cambiar el curso de la Historia. Las sublimes palabras de esta pensadora deberían ser reproducidas en innumerables mármoles colocados por toda la ciudad. Pues sí, porque lleva razón: dice el derrotismo que aquí no existe una verdadera trama civil, asociativa ni política. ¿Y qué? Cádiz es la ciudad que sonríe y ese hueco se rellena con un sucedáneo de opereta, una tribuna casposa y decimonónica que aplaude pamplinas pintorescas. E tutti contenti.

Según esos derrotistas, la juventud se ha contagiado del conformismo de la ciudad. ¿Ah, sí? ¿Y esos jóvenes, que da gusto verlos, cuya aspiración suprema es salir con un tambor, vestidos de suboficial austrohúngaro, detrás de un paso de Semana Santa?

Dice el derrotismo cobarde que el censo de 2008 arroja -en su sentido más literal- que 9.000 gaditanos no saben leer ni escribir. ¿Y qué? ¿No es ese el mejor camino para convertir la actual mayoría en totalidad? Además, si parecen muchos analfabetos, ya bajará el número. Total, si en diez años la ciudad ha perdido 30.000 habitantes, también se perderán analfabetos, ¿no?

Esos canallas derrotistas, en fin, arremeten contra el excesivo personalismo de Teófila que reduce a los concejales a poco más que mobiliario urbano. Bueno, las dificultades en reconocer las propias limitaciones conducen al desempeño de tareas demasiado elevadas, pero te gastas una pasta en imagen y cualquiera parece el Obama de la Bahía.

Y lo que no saben esos derrotistas es que Tom Cruyf es quien ha pagado un dineral por hacerse la foto con Teófila. Que si él pertenece a la Cienciología, aquí somos más de la Teología.