Los cinematógrafos del siglo XIX, en Cádiz

Rafael Garófano

El cinematógrafo Joly (II)

En recientes investigaciones sobre los primeros tiempos del cine en España, después de una primera etapa en la que se intentaba reconstruir la expansión del fenómeno cinematográfico, se han estudiado los tipos de proyectores que en nuestro país utilizaron aquellos primeros exhibidores, frecuentemente ambulantes de ciudad en ciudad. Investigaciones que han venido a poner a la luz y valorar, entre otras cuestiones, el Cinematógrafo Joly, un tipo de proyector y de películas que durante mucho tiempo estuvieron ocultos bajo la sombra del histórico, triunfante y famoso cinematógrafo Lumière.

El francés Henry Joly (1866-1945), después de conocer los trabajos para la captación fotográfica de imágenes sucesivas de Étienne-Jules Marey y George Demenÿ, se asoció y estuvo trabajando para Charles Pathé, uno de los grandes pioneros de la industria del cine. A finales de 1895, Joly, buscando nuevo socio para fabricar sus diseños y patentes, se asoció con el ingeniero y empresario Ernest Normandin. De esta colaboración surgió el Cinematógrafo Joly, patentado el 17 de marzo de 1896, muy "inspirado" en el Cronofotógrafo Demenÿ que comercializaba la empresa Gaumont.

Este proyector Joly tenía como características más destacadas el arrastrar la película mediante rodillos dentados que permitían formar bucles (minimizando la tensión y evitando que las películas se rompiesen), y un tiempo de obturación menor, que permitía utilizar más luz (reduciendo el centelleo y posibilitando proyectar imágenes más grandes). Sistema que también fue conocido como el de las "películas de 5 perforaciones" a cada lado del fotograma, a diferencia del sistema Lumière de la primera época en que las películas, con una sola perforación a cada lado del fotograma, eran arrastradas ante el objetivo por una uña mecánica. Lo que proporcionaba a los proyectores Joly una superior estabilidad de la imagen proyectada, aunque con el inconveniente de que solo podía proyectar películas filmadas con este mismo procedimiento.

Este proyector se denominaba oficialmente Joly-Normandin, aunque su comercialización se hizo como Cinematógrafo Joly y, más adelante (para eludir que se lo asociara con el dramático incendio ocurrido en el cinematógrafo del Bazar de la Caridad de Paris, en mayo de 1897) como Royal Biograph. En el verano de 1896 ya había varios de estos cinematógrafos funcionando en Francia y Bélgica. La patente del modelo también se realizó en Inglaterra, Estados Unidos y Alemania, aunque la utilización de este tipo de proyectores se expandió por más países, siendo frecuente que se hablase de él y se anunciara simplemente como "cinematógrafo perfeccionado". Por otra parte, la necesidad de tener que abastecer de películas exclusivas con este sistema, hizo que algunos de sus exhibidores hicieran funciones de operadores, filmando películas que pasaban al catálogo de la empresa Joly-Normandin.

Las informaciones sobre la utilización del cinematógrafo Joly en España son escasísimas. En el exhaustivo estudio publicado por la Filmoteca Nacional sobre las "películas de 5 perforaciones" localizadas en España y Portugal, únicamente se dice que no se ha encontrado ningún registro de patente de este modelo en España y que en la prensa de Barcelona aparecieron anuncios de un par de actuaciones de un "cinematógrafo perfeccionado", a finales de noviembre de 1896 y el 31 de enero de 1897. Informándose también que se había detectado la presencia de un cinematógrafo Joly en Andalucía en el invierno de 1896-1897.

En el Diario de Cádiz de 20 de enero de 1897 se anunció que pronto debutarían en el Teatro Eslava (inaugurado en diciembre de 1886 en la calle Hospital de Mujeres y ampliamente reformado dos años después) una compañía con varios excéntricos y "un Cinematógrafo perfeccionado, no conocido en España y con vistas de última novedad", informándose tras el estreno, el día 24, que el cinematógrafo exhibido era el más perfecto de cuantos se habían visto en Cádiz, siendo las películas de gran novedad y efectos. Figurando en el programa de mano que se repartió para el día 25, en el quinto lugar y tras los números del prestidigitador portugués Caballero Fonseca, "el Cinematógrafo perfeccionado, único en España, Yoly" [sic].

Continuando la información en los días sucesivos sobre el Cinematógrafo Joly, el día 26 se publicaba que todas las vistas eran notabilísimas, produciendo verdadero entusiasmo en el público El baño de los negros, La visita de los Zares a París, La vista de Cherburgo y Paseo de carruajes por el boulevard de la Magdalena de París. Deteniéndose el gacetillero en este último cuadro con un comentario que pone en evidencia la sensación de realidad que aquellos primeros espectadores tenían ante las "fotografías animadas": "un penco que arrastra uno de los carricoches lo hace con tanta calma que dan ganas de soltarle un latigazo. Provocando la risa en el público de las alturas".

Durante los días siguientes la prensa, continuando con sus informaciones-anuncios sobre el Salón Eslava, decía que las exhibiciones del cinematógrafo cada día gustaban más, que las vistas se cambiaban frecuentemente por otras nuevas y que eran muy aplaudidas, hasta que al final del mes el espectáculo se trasladó al teatro de El Puerto de Santa María.

El día 30 de enero de 1897 la Revista Portuense informaba que la Compañía del prestidigitador Fonseca Blanco Bemol traía un "notable cinematógrafo perfeccionado Joly", aunque por los comentarios aparecidos en la misma publicación el día 2 de febrero sabemos que las proyecciones fueron un fracaso, no por fallos del proyector sino por la baja intensidad de la luz eléctrica, algo frecuente en aquella época en muchos municipios de España pero que no consolaba al gacetillero: "Sea lo que quiera, el hecho es que tenemos desgracia con los cinematógrafos".

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