Un portuense en Madrid

José Antonio Ortega / Romero

Política y ciudadanía digital

¿QUÉ utilidad pueden tener las redes sociales para una ciudad? ¿Es necesario Internet para posicionar a una localidad? ¿Hacen los políticos un uso responsable del entorno digital?

Las múltiples redes sociales que configuran el actual ecosistema digital pueden cumplir diversas funciones. Pueden ser, por ejemplo, una buena plataforma para que los cargos públicos informen y dialoguen con la ciudadanía. Fue una de las promesas más relevantes del nuevo gobierno municipal en la utilización de las redes: todos los concejales tendrían cuenta activa en Twitter.

Una promesa incumplida, ya que a día de hoy el único que permanece bastante activo haciendo un uso razonable y moderado de esta red es Antonio Fernández, Primer Teniente de Alcalde. Activo significa que responde a quién le pregunta, fomentando el debate y el intercambio de ideas. Un ejemplo de buena práctica y, sobre todo, de que se ha entendido bien por qué y para qué es bueno para la ciudadanía que los políticos se involucren en las redes sociales. Del mismo modo, estas redes son también un instrumento para conocer posturas y argumentos de partidos de la oposición.

Otro objetivo de estar en las redes es dar la máxima difusión posible a las actividades que se realizan en la ciudad. Gracias a una excelente gestión de los canales institucionales del Ayuntamiento de El Puerto, la información de la actualidad local traspasa todas las fronteras. Sus responsables han entendido la necesidad de adaptar la comunicación institucional a la nueva forma de consumir información, en la que las audiencias reciben cientos de impactos al día y necesitamos captar su atención con contenidos amenos y atractivos visualmente.

Los medios de comunicación locales también están haciendo un importante esfuerzo en este sentido. El entorno digital supone una excelente oportunidad para difundir contenidos antes limitados a la edición impresa, no accesible desde otros puntos de España. De esta manera, es fundamental la labor de los medios locales, que han sabido adaptarse a la inmediatez que reclama una sociedad acostumbrada a estar informada en tiempo real a través de sus perfiles en Twitter.

A su vez, las redes son una buena plataforma de expresión para la ciudadanía. Son numerosos los grupos en Facebook en los que se debate sobre las preocupaciones de los vecinos de El Puerto. Es vital que las administraciones locales monitoricen esta conversación, de la cual se puede escuchar de forma directa la voz de la calle.

Hasta aquí, todo son ventajas. Aunque, sin querer ser negativo, también existen los inconvenientes. Sobre todo cuando Internet se convierte en el lugar de lucha dialéctica en la que, a través de artículos de opinión, oposición y gobierno se enzarzan en una lucha que no beneficia a nadie. El espacio en Internet es ilimitado, pero deberíamos ser responsables con lo que publicamos y difundimos, sobre todo cuando son datos y trifulcas que no nos benefician como ciudad. Por eso no entiendo el empeño de algunos en dar bombo y platillo en sus perfiles a una triste noticia para El Puerto, que este año no tendremos banderas azules.

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