VAMOS a ir bajando la baraja, recogiendo las sillas y haciendo caja que esto se termina. Es hora de hacer balance para comprobar que el Carnaval 16 ha sido más bien las Fallas, con tanto petardo.

El concurso es el primer masclet. No ha ganado ninguna agrupación: los divos retornados tampoco han pasado a la historia. Ha ganado uno que no ha abierto la boca ni ha tenido que cantar, un tal Juan, que por lo visto estuvo colocado con Mari Carmen y sus muñecos.

La carpa es una ruidosa molestia. El espacio tablao entre carpas era como el entierro de un asustaviejas: nadie. Los vecinos del muelle están encantados y no veas lo que larga la alemana de la calle San Francisco, que duerme en Canalejas.

El pregón de Carbonell, otro petardo. A nadie le ha gustado Jack el orinador del Agüita Amarilla. El pregón del Téllez mejor. Nos confirmó que sabe escribir muy bien pero que leer es muy difícil. A los dos les salvaron los sospechosos habituales que arropan a todo pregonero viviente en el Carnaval. El mismo famoseo que se cuela en la final.

La cabalgata como siempre: del pueblo. Pero de pueblo, pueblo. O sea pueblerina. Con boina. Solo van a verla los rústicos que viene en los autobuses de la carretera industrial.

Pero queda lo peor de todo, sigue la mascarada: el lunes seguimos teniendo de alcalde al punta de una comparsa.

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