Efecto Moleskine

aNA SOFÍA / PÉREZ- / BUSTAMANTE

México bajo los párpados

PUES a mí los Reyes Magos me trajeron un viaje a México. No por nada, sino porque hacía falta alguien que les ayudara a coger al Chapo Guzmán. O puede que haya sido porque a veces va la vida y te cumple un sueño, y todo sucede, como decía Hervey de Saint-Denys, como si uno habitara un flujo onírico permanente. El primer sueño fue el de la lengua. Miraba yo un panfleto políglota y al ver las banderitas de los idiomas pensé: qué raro, no está el español. Pero sí estaba: sucedía que la banderita que lo acompañaba era la verde, blanca y roja de México. Y eso que allí no hay lengua oficial única: son lenguas nacionales el español y las 69 lenguas indígenas que se hablan en todo el territorio. Qué extraña sensación la de entender que a la calzada se le diga "andador", a las aceras "banquetas", y "caracol palpitante" al corazón. Soñaba yo de niña con Chichén-Itzá, hipnotizada por aquella gente emplumada que en lo alto de sus pirámides abría el pecho de los prisioneros como ofrenda a sus dioses. O la pureza de una muchacha arrojada a la saliva verde de un cenote. Para que no dejase de salir todos los días el sol, para que no dejase de sangrar la tierra, para que lloviera maíz, cacao, chicozapote. La naturaleza no es más clemente: he visto en la selva árboles que devoran árboles. En la nueva basílica de Guadalupe el deambulatorio ha sido sustituido por cuatro tramos paralelos de pasarelas mecánicas que se deslizan con eficiencia tecnológica frente al poncho donde al indito Juan Diego le quedó impresa la imagen de Nuestra Santa Señora la Madre de la Tierra. Por otro lado, en San Juan de Chamula el templo del Bautista, alfombrado de juncia, está tomado por los curanderos que hacen "limpias" a los indígenas dolientes, y para terminar les dan un buche de coca-cola, que es bebida santa porque los eructos del gas arrastran los males. Hay familias largamente enemistadas en función de si se purifican con coca-cola o con pepsi (las guerras de religión son como multinacionales: eligen cualquier excusa). Qué curiosa república federal, México, diseñada por liberales laicos para una multitud que se arracima hechizada ante la sombra de cualquier cruz, sean los brazos de Cristo o las ramas de la ceiba.

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