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El Alambique

Carlos / Díaz

La playa y los móviles

VEO en los informativos esta misma semana la grandísima noticia de que un pueblo de Huelva ha puesto wifi gratis en la playa. Aparte de que me alegre de que los telediarios empiecen a diversificar municipios costeros (si no estuviese jarto de ver madrileños en El Puerto, uno pensaría que en la capital creen que solo hay playas en Valencia), la noticia me chocó bastante. porque en El Puerto tenemos Internet gratis en la playa desde hace años. Junto al a brisa del estero, en la orillita del mar, en Valdelagrana y la Puntilla uno se puede conectar a la red inalámbrica El Puerto WIfi.

Pero basta con pasear por La Calita, Fuentebravía, el Buzo o cualquiera de las playas de nuestra ciudad para comprobar que lo del WiFi gratis tampoco es que sea algo imprescindible. El móvil se ha convertido, junto a la toalla, las gafas y la crema solar, en un accesorio imprescindible a la hora de bajar a la arena. Y es que hoy en día ya no podemos hacer nada sin el teléfono. ¿Que tu madre quiere que vayas ya a comer? Llamada. ¿Quieres comentarle algo a un amigo? Mensajito. ¿No encuentras a tu gente? Te mandan la localización por WhastApp. ¿Te aburres? A echarle un vistazo al Facebook. Paradójicamente, ahora se navega en la playa más que nunca… pero por las redes sociales. Y, por supuesto, están los "selfies". Los autorretratos de toda la vida ahora se llaman así. Parece que uno no ha estado en un sitio hasta que no se hace una foto allí. La playa, de hecho, tiene hasta sus selfies especiales: el de la foto de los pies en la arena, con el mar al fondo, y el del botellín de cerveza helado en el chiringuito. Los dos deben ir acompañados del mismo comentario cuando los compartes: "Aquí, sufriendo".

Es normal que pase todo esto. A fin de cuentas, lnternet y los móviles han cambiado nuestra vida. ¿Por qué no iba a pasar lo mismo con la playa? Pero permíteme un consejo. Ten mucho cuidado. Los peores enemigos de tu teléfono (arena, calor, agua de mar) son especialmente fuertes en la playa. Y no le hagas fotos a nadie sin su consentimiento. Como si no fuera ya suficiente con los mirones de toda la vida…

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