Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Antonio Morillo Crespo

Nada de miedos! pero ojito...

NADA de miedos, pero ojito, ojito como dice José Mota en sus sketchs. Vaya por delante la defensa a ultranza del principio democrático, de que todo el mundo tiene derecho a defender y propagar sus ideas y principios. Los ciudadanos en particular y los políticos en general. Mas las ideas o los axiomas de una minoría no se pueden aplicar a todos cuando se gobierna. Eso es una táctica totalitaria, sea de derecha como de izquierda. Solamente exhibirlas de forma estentórea como símbolos o como señuelos, dan motivo a reacciones extremas. En otras palabras un detalle extremista de la izquierda da origen a otro extremista de la derecha. Y en esas podemos estar. No me digan ustedes que soy un exagerado, que no lo soy. Lo detecto, lo percibo y me da repelo. No hay más que seguir un poco las redes sociales. Frente a ello hay una contestación falaz... están metiendo miedos injustificados. Ni una cosa ni otra, pero ojo que algo se puede cocer. Y además no es buena táctica. Elemental.

Yo entiendo que la labor de todo político es conseguir el bien de toda la comunidad, por las buenas, no por la tremenda. Se suele decir que la izquierda propugna, lucha por la igualdad y la derecha por la libertad y en razón de estos postulados, tanto una como otra pueden llegar a situaciones extremas, incluso a dictaduras de derecha o de izquierda, que para el caso es igual, lo mismo una como otra pueden llevar en sus pechos actitudes fascistas.

Yo pienso que los líderes de las formaciones emergentes tienen deseos de prosperidad y de trabajar por y para el pueblo. Y al mismo tiempo se comprende que gran número de españoles estaban hartos de las corruptelas y de latrocinios más o menos encubiertos. Era intolerable y la cosa estalló en una orgía y dispersión de votos. ¿Y ahora qué? Si repasamos situaciones parecidas en la pasada historia, tanto en España como en otros países, después de ellas ha brotado casi siempre una dictadura y eso es lo que los españoles no podemos permitir ¡estaría bueno volver a las andadas! La dictadura se larva como un cáncer, poquito a poco y si no llega a tiempo, luego no queda más remedio que soluciones drásticas y mucho dolor.

Simplificar el cotarro como un dúo, fascismo troglodita o comunismo radical, es absurdo, pero que, dejémonos de utopías, los dos se parecen, aunque uno vista camisola a lo Mao y el otro uniforme svástico. El binomio, capitalismo sinónimo de libertad y comunismo sinónimo de igualdad, con sus variados matices o componendas, pertenece al paleolítico inferior achelense. Trayectoria magnífica de variados países europeos que con una social democracia, o democracia social liberal, ejemplar y práctica han conseguido unos niveles de prosperidad, justicia social y libertades únicas en la historia y en el mundo. ¿A qué viene hoy inventar otra cosa?

Yo no soy profesor de la Complutense, ni soy de Ferraz o de Génova, pero me gusta mucho la historia y en ella se aprende mucho. Y también en la trayectoria de otros países de nuestro entorno y del más allá. Países nórdicos, centroeuropeos, iberoamericanos, africanos... Es como una panoplia, un muestrario a elegir, que todo está ya más que inventado. ¿Qué queremos, parecernos a Suecia, Venezuela, Alemania, Grecia, Italia, Libia, Argentina, China?

La democracia es el respeto a las leyes existentes hechas en un proceso libre y correcto y si no nos gustan, mediante elecciones, cambiarlas. Ese fue el gran éxito de nuestra transición de la dictadura de Franco a la democracia. Aquello que se inventó el profesor Fernández Miranda, "de la ley a la ley". Y se consiguió sin Tejero, ni ruptura, sino por las buenas y con dialogo y tolerancia. Tomar el camino de en medio, porque yo mando ahora, es exacerbar a los otros, llamar a Blas Piñar. Calentar la boca al potro y que se desboque.

Hay prioridades, porque no basta bla, bla y bla. Los detalles son sugerentes, muy emotivos, pero hay que ver lo que hay detrás. Hay asuntos urgentes como dar de comer al que no tiene que llevarse a la boca. Cuidar a los niños, proteger a los sin vivienda. Eso es elemental, querido Watson. Para eso pagamos nuestros impuestos, para que los poderes públicos repartan y atiendan las necesidades de los más necesitados. Pero cambiar el modelo económico imperante en nuestro mundo occidental, es como querer que los trenes ahora vayan tirados por bueyes. Nada más que anunciarlo o pregonarlo con gestos, ahuyenta el parné que tiene mucho miedo y sin dinero más paro, que el dinero no tiene corazón y se va a donde el sol más calienta, como está pasando en Grecia. Fijémonos que hasta China, nada menos, con su comunismo totalitario, está aceptando la economía de mercado y así convirtiéndose en la segunda potencia mundial, (segunda tras EEUU y dejando muy atrás a Japón, Alemania...) elevando el nivel de vida de millones de chinos, a pesar de que brotan millonarios también chinos, que ya los hay. Y cosa que no lograron con sus tácticas anteriores, por mucho que a cada chino le dieran todos los días un puñaito de arroz.

Quiero a mi pueblo, quiero a mi Cádiz (con su bandera), que por cierto no es sólo de los gaditas, sino también de los que vivimos en la provincia que llevamos el nombre de gaditanos y por tanto nos importa y muy mucho lo que pasa en Cai. Quiero a mi España y quiero a to el mundo y deseo lo mejor. Suerte a los nuevos gobernantes y a los viejos. Que esto de la política es como la depresión, que cuando empieza mal, si no se pone remedio, se va resbalando cuesta abajo. Y luego subir cada escalón cuesta tela marinera.

Debemos llenarnos de ilusión y de optimismo, pero con cabeza. Defender una democracia justa y plena. Que es tarea no sólo de los políticos elegidos, es tarea de todos los ciudadanos mentalizando, formando, hablando, dialogando, explicando...

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