SI las encuestas eran malas para el PP, la realidad la ha superado. Vean si no; limitándome a los ocho capitales de provincia de Andalucía, resulta que las ocho mayoría absolutas del 2011 se han perdido todas. Y aunque el PP es la lista más votada en todas las capitales, menos en Huelva, donde gana el PSOE, un pacto de izquierdas le haría perder las alcaldías de Cádiz, Córdoba y Sevilla.

A nivel nacional el PP ha sacado unos escasos medio millón de votos más que el PSOE, pero en Andalucía el que saca más votos es el PSOE, aunque haya sido su peor resultado en unas municipales y pierda votos respecto de las autonómicas. Ganar al PP en votos en Andalucía le ha servido a Doña Susana para mostrarse en Canal Sur orgullosa y eufórica, porque dijo que ya son tres las elecciones que el PSOE andaluz gana en un año, que comienza precisamente cuando Griñán le dejó la presidencia. Entramos, por tanto, en su II año triunfal. El secretario general de su partido, aunque sus resultados sean los peores históricos, declara que el PSOE debe liderar un pacto de izquierdas, con el objetivo de desalojar al PP de donde gobierna. De inmediato, doña Susana le ha pedido prudencia, porque, según ella, no hay que llegar a acuerdos globales, sino ayuntamiento por ayuntamiento y diputación por diputación.

Podemos, o candidaturas auspiciadas por ellos, han tenido un éxito considerable, el mayor de todas las formaciones. He leído que el que, gracias al PSOE, será alcalde de Cádiz, el señor González, más conocido en el carnaval como Kichi, ha dicho "que se vayan del Ayuntamiento, la gente que se llenaba los bolsillos mientras le daban las migajas a mi pueblo" y "han llevado a mi ciudad a la ruina". Porque le hayan votado 11.359 gaditanos parece excesivo que presuma de que Cádiz y su pueblo sean suyos. Esperemos, que en su anunciado debate público diga los nombres de los ladrones.

Tampoco se queda corto en su orgullo Albert Rivera al declarar que no estará en gobiernos que no encabece. Aunque tenían 11 concejales y ahora más de un millar, está muy lejos de poder gobernar, y la única oportunidad de su partido es conseguir una alcaldía o primera tenencia, a cambio de apoyar a otro partido. Estos políticos, doña Susana, Kichi y Albert Rivera, cuando se les oye, parecen que les acaban de nombrar delegados de la Providencia Divina para Asuntos Terrenales.