EL Cádiz aguarda expectante varias cuestiones. Este domingo se está esperando conocer quién será el primer clasificado del Grupo Dos, que se resolverá en Huesca, y que saldrá del partido contra el Bilbao Athletic al que solo le vale la victoria. Es una opinión extendida que los equipos filiales suelen ser un problema en estas eliminatorias, pero nunca se sabe.

Cuando concluya la liga en esta fase, la expectativa será conocer al rival para la eliminatoria de ascenso. Esperando que sea a un solo enfrentamiento y que acabe con la victoria del Cádiz.

También esperando saber qué pasará con la huelga. En los matices políticos que la provocan, no entro, pero si en considerar que este Decreto de Wert (otra vez Wert) es inoportuno para el Cádiz. En cualquier otro momento de la temporada el tema no afectaría igual que a las puertas de la clasificación para el ascenso.

Una liga en la que ser campeón de grupo no implica el ascenso directo, sino que requiere de una fase clasificatoria. En Segunda División A no ocurre esto, y cualquiera le dice al campeón que no sube directamente sino que, incluso, hasta puede quedarse sin ascender.

Cuatro grupos en Segunda División B son demasiados. Un embudo para ascender a un solo grupo de Segunda División A. Algo parecido ocurre en Tercera División: 18 grupos que se reducen a cuatro. Quizás los dirigentes deberían revisar los conceptos de proporcionalidad.

Pero mientras tanto lo que más se espera es el ascenso. Es hora de salir de este pozo. De alguna manera este año, además de esperar el ascenso, existe la esperanza de conseguirlo. Mi amigo Juan, que está esperando el ascenso, espera también que no le suban el precio del carné. Ya para eso la esperanza es menor.