José Antonio Hidalgo

Todos nerviosos

Cualquier resultado es posible en las elecciones

EL pasado miércoles, durante la apertura de la rotonda de acceso al segundo puente, un ciudadano aprovechó la presencia de la alcaldesa, Teófila Martínez, para reclamar trabajo para Cádiz. Al poco, ese mismo vecino, que afirmaba llevar varios años desempleado, daba un paso atrás justificándose ante un compañero que "la culpa del paro la tienen los grandes de Madrid" y acabó por hacerse una foto con la misma alcaldesa.

A saber qué votará, si vota, este vecino el próximo 24 de mayo, pero está claro que a priori cualquier cosa es posible y que sondear hoy en la calle qué va a pasar dentro de tres semanas nos podría dar un resultado que al final no tenga nada que ver con el que nos deje las urnas.

Ya hemos escrito en alguna ocasión que estas elecciones no tienen nada que ver con los últimos comicios municipales. Nada que ver. Por primera vez en veinte años entra dentro de lo factible un cambio político en la plaza de San Juan de Dios. No está la ciudad, ni de lejos, en la situación en la que se encontraba en el último gran cambio político, en 1995; sin embargo, en los últimos años han confluido varios factores que no dejan claro otro triunfo del PP, o por lo menos otro triunfo tan claro como los que ha ido acumulando Teófila Martínez en estas dos décadas.

Un paro desorbitado, problemas de vivienda, degradación familiar. Problemas nacionales que se han trasladado con fuerza a Cádiz. Y como postre, escándalos como el de Rodrigo Rato cuya estrecha amistad con Teófila Martínez no beneficia a la imagen de la alcaldesa gaditana. Por si fuera poco, este estado ciudadano ha sido el principal caldo de cultivo para el nacimiento de un movimiento vecinal, desconocido desde la década de los setenta, que ha dado pie a su vez a movimientos políticos como Podemos y Ciudadanos.

Bajo este panorama, todo puede ocurrir el domingo 24 de mayo.

Un alto dirigente del Partido Popular destacaba hace unos días a este cronista que el mayor porcentaje de abstención en las pasadas elecciones andaluzas, en la que triunfó Podemos, se había producido en el mayor granero de votos del PP: la Avenida, el Paseo Marítimo y Santa María del Mar, donde a la vez se había producido un importante número de votos al partido de Pablo Iglesias.

Con este panorama, el objetivo de los conservadores es recuperar a sus votantes que se quedaron en casa o que votaron a otras formaciones, como Ciudadanos, como castigo por las políticas económicas del gobierno de Mariano Rajoy. En todo caso, se sigue confiando en el tirón de Teófila para ganar las elecciones. Una confianza que llega incluso a ignorar casi totalmente las siglas, y la gaviota, del PP, en la propaganda que se ha confeccionado hasta ahora.

Si por primera vez en veinte años ha sido el votante del PP el que se ha quedado en casa (en las europeas y en las autonómicas), la izquierda ha logrado sacar de su letargo a buena parte de sus votantes, e incluso ha llevado a los colegios electorales a un votante que en otra coyuntura social no hubiera ido a las urnas. Ahora queda por ver si se repetirá el 24 de mayo esta tendencia. A priori parece lo más lógico. Es un colectivo que ha visto como su voto ha puesto nervioso a la derecha y que tiene como objetivo principal la salida de Martínez de la Alcaldía.

Sin embargo, la izquierda tiene un handicap: se presenta a las elecciones totalmente desunida. Por una parte, el PSOE que se arriesga con una lista totalmente renovada; por otra, Podemos, que no acude con su nombre lo que le ha llevado a organizar una campaña publicitaria para explicar que ellos sí están en Por Cádiz Sí se Puede. Y a ello se le une Ganemos, una coalición entre las que se encuentra IU, que ha situado a su candidato original, Martín Vila, al frente de este grupo, y numerosos colectivos ciudadanos que llega a las urnas con el nombre de Ganar Cádiz en Común.

Aunque Podemos se ha ganado una imagen más popular, por aquello de la presencia mediática de Pablo Iglesias y el tirón de Teresa Rodríguez en Cádiz, le debería de preocupar el trabajado programa electoral presentado por Ganemos. Lejos de cualquier atisbo extremista y ajeno a frases y mensajes tipo, ha planteado una serie de propuestas ciudadanas en su mayoría equilibradas. Se nota, ciertamente, la presencia en la formación de personas bien preparadas y con un claro conocimiento de las necesidades de la ciudad, lo que contrasta, en todo caso, con algunos candidatos de más que dudosa eficacia.

En todo caso, teniendo en cuenta que de los contenidos programático de Podemos apenas se conoce nada, su candidato José María González podría comenzar a ponerse tan nervioso como lo están en el PP. Por si fuera poco, ya hay grietas bastante importantes en la estructura de mando de Podemos en Madrid, mientras que la entrada en escena de Ciudadanos también ha tocado a dirigentes nacionales de Podemos, que no han tardado en criticar a Albert Rivera. Habrá que ver si el reducido número de militantes de esta formación centrista en Cádiz es capaz de mantener el voto de quienes los votaron en pasados comicios.

Más que nunca, la campaña electoral que comienza esta semana va a ser esencial para aclarar el voto de muchos gaditanos. Los que consideran que es esencial un cambio de rumbo en la ciudad, tras veinte años de gestión popular; o los que consideran que el Cádiz de 2015 es sustancialmente mejor que el de 1995 y que una marcha atrás sería perjudicial para el propio futuro de la capital. Los que consideran que el voto de castigo al PP, e incluso al PSOE, en las europeas y las andaluzas ya ha sido suficiente, y los que opinan que el daño provocado a la sociedad en estos años merece que los que nos han gobernado se vayan a casa

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