Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Su propio afán

enrique / garcía / mÁiquez /

Mieditis irritosa

ME faltan lecturas de Goytisolo. Y me sobran análisis de lo rentable que resulta la disidencia, la heterodoxia y la marginación. Contemplen a Caballero Bonald, tan premiado cuanto antisistema. Nada vende como la rebeldía. Como no me quiero repetir, dejémoslo ahí, y que a Goytisolo le aproveche su premio, ése que juraba y perjuraba ante notario que no aceptaría nunca, pero, en fin, los notarios que se fastidien, que son unos carcas, y viva la revolución, incluyendo la de nuestros principios.

No me creo, sin embargo, la irritación de los biempensantes y las gentes de orden. ¡Si ése es el precio que pagan, gustosos, por el miedo a enfrentarse al pensamiento y a sus exigencias personales y sociales! Deducen, muy airados: "La cultura es de izquierdas"; y así se quedan tranquilos. Lo prueba que los gobiernos y los medios de centro-derecha se complacen en premiar y, previamente, en promocionar a autores y artistas de izquierda. Luego hacen su aspaviento, resoplan y se resignan, reconfortados. Puede comprobarse en la comodidad con que se ha encajado el discurso y la corbata de Goytisolo, sin mover un músculo. Algún resoplido rutinario, para que no se diga, y pelillos a la mar, y nosotros… a la economía.

Imaginen que hubiesen premiado a Aquilino Duque, que, por edad, saber y obra, se merece un Cervantes o análogo. Jamás se lo darán, porque es un reaccionario; aunque menos que revolucionario Goytisolo. Su discurso, que sería mucho más agradecido y vibrante, no se recibiría con tanta parsimonia. El personal se vería interpelado y de verdad. Nuestro país digiere muy bien las píldoras antisistema, ji, ji, alguna tosecilla conservadora más o menos protocolaria, y ya. No hay equilibrio ni equidistancia. Nada incomodaría más a nuestros reyes, por poner un ejemplo soberano, que un discurso realmente monárquico. Cuánta razón tenía Baudelaire: "El Trono y el Altar, máxima revolucionaria".

Se nota en los votos, siempre escorados. Lo más a la derecha es el PP, que no lo es y que reniega. Y de ahí a la izquierda hay un amontonamiento de siglas y una superpoblación de posturas. La gente sociológicamente de derechas protesta y tal, pero no vota a Vox, qué pereza y qué miedo. Y observen lo mucho que les gusta hablar de Podemos, oh, les apasiona abominar del coletas y tal… Por lo mismo, porque irritados contra la izquierda vivimos como marqueses. ¡Y sin tener que leer, que cansa mucho!

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