Viernes Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Viernes Santo en la Semana Santa de Cádiz 2024

La esquina

josé / aguilar

No salen las cuentas

UN ignoto candidato de un pintoresco partido ha impugnado las elecciones andaluzas del 22-M. Se llama Manuel Emilio Jiménez, secretario general -y tal vez único- de Cámbialo, autodefinido como "de centro, de derechas y de izquierdas", y que presentó una lista sólo por la provincia de Huelva. El hombre piensa pedir amparo incluso a Estrasburgo.

Lo curioso es que su impugnación se basa en la sospecha de que ha habido un pucherazo. Su candidatura obtuvo 163 votos, pero no le salen las cuentas: él está convencido de que el domingo le votaron todos sus familiares y amigos, que suman más de los 163 votos computados por las mesas y validados por la junta electoral.

¿Acaso los componentes de todas las mesas de Huelva, los interventores y los apoderados se conjuraron para cerrar el paso a su prometedor partido de amplio espectro? Me inclino más bien por otra explicación. Creo que a Jiménez le engañaron, sí, pero no todos sus adversarios en complot, sino esos parientes y amigos que le habían prometido votarle. Quizás por compromiso, por no quitarle la ilusión o por no escucharle durante la campaña.

No crean, esto de la promesa de voto insatisfecha no afecta solamente a candidatos singulares y extravagantes. También políticos serios de partidos con ambición han sufrido y sufren las consecuencias de compromisos incumplidos. Incluso de forma masiva. Siempre recuerdo la queja de Julio Anguita aun en sus mejores momentos: "Si me hubieran votado de verdad todos los que me decían por la calle que me habían votado, habría sacado mayoría absoluta".

Hay mucha ojana en las promesas espontáneas de voto. Pero es difícil que un candidato se vacune contra la vanidad propia y la hipocresía ajena hasta conseguir un prudente escepticismo sobre la voluntad real del elector que lo achucha en el mercado o lo jalea en la barra del bar y le hace creer en una devoción intachable que más tarde, a solas ante las papeletas, se revela manifiestamente volátil. Difícil, pero no imposible: todos los candidatos de todos los partidos creen siempre que van a tener más votos de los que luego tienen. Es el problema de vivir en una burbuja, con un alto concepto de sí mismo y escoltado por pelotas.

No le recomiendo al líder de Cámbialo que siga adelante con sus impugnaciones, sino que revise la sinceridad de sus relaciones familiares y amicales. Le irá mejor.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios