TRAS el partido contra el Melilla, el Cádiz mantiene la primera posición del grupo y tres puntos de distancia con el UCAM. Todavía quedan once jornadas, y lo importante es quedar el primero tras la última, pero había que coger el liderato cuanto antes y no abandonarlo.

Ser primero de grupo en esta Segunda División B resulta muy beneficioso a la hora de lograr el ascenso porque ofrece, además de otras opciones y a diferencia de los demás puestos, la oportunidad de fallar una vez y seguir con posibilidades.

Es lo que pasa siempre: solo el primero es el que se queda con lo mejor. Aunque el segundo haya obtenido un punto menos; aunque haya logrado los mismos puntos, empatando en los enfrentamientos directos y tenga un gol menos en la diferencia de goles. El segundo queda relegado al peor castigo: no ser el primero.

En otros deportes sucede lo mismo. En el año 2009 en Berlín, durante el Mundial de Atletismo, Usain Bolt conseguía el récord mundial de 100 metros que mantiene hoy. El segundo corredor llegó 13 centésimas de segundo después.

Para hacerse una idea basta recordar que un buen piloto de coches de carreras tiene un tiempo de reacción ante un aviso visual o una señal acústica, de 15 centésimas de segundo. Menos de lo que tarda un piloto en reaccionar es lo que se retrasó Tyson Gay en ese campeonato. El Cádiz ya es primero. Ahora viene lo difícil, que es mantenerse. Para conseguirlo hay que darlo todo en cada partido. Mucha intensidad y más ganas. Cualquier pérdida de tiempo puede ser irreparable. En una duda que dure el tiempo que se tarda en inflar un airbag, nos pueden adelantar. Es el precio que hay que pagar para acabar la liga siendo los primeros. Jugadores: vamos a por todas.

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